Pablo Lijó: La promesa que se convirtió en estrella mundial

Francisco Brea
Fran brea RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CEDIDA

El ribeirense prepara la nueva temporada con el objetivo de disputar el Master Final por primera vez

19 ene 2020 . Actualizado a las 11:40 h.

Desde muy pequeño, Pablo Lijó (Ribeira, 1991) vivió rodeado de raquetas de tenis, como él mismo reconoce. A los 9 años cogió una y hasta que cumplió la mayoría de edad no salió de la pista. Decidió dejarlo porque no disfrutaba jugando. La presión que tiene un joven que intenta ser profesional no compensaba. Pero poco después conoció el pádel y se enganchó. Lijó es profesional desde el 2015 y no le va nada mal. No ha hecho más que crecer en su carrera hasta colocarse entre los mejores jugadores del mundo. Su sueño, jugar el Master Final -para el cual una vez ya fue reserva- en el que participan los 16 mejores clasificados del ránking del World Padel Tour. La tarea no es sencilla, pero no descarta que esta sea la temporada en la cual cumpla su objetivo.

Comenzó su andadura en A Pobra, en las pistas de Pádel Puntopelota, hasta que en el 2014 dio el paso y se trasladó a Madrid. Los años han pasado y, como reconoce, ha madurado, tanto en su juego como personalmente. «Esta vida no la cambio por nada», asegura. Es cierto que se recorre el mundo y pasa mucho tiempo fuera de casa, pero «cada vez es algo que llevas mejor y te vas organizando. Antes lo hacía todo sobre la marcha. Ahora, cuando me dan el calendario de todo el año trato de planificar cuando visitaré Galicia, en que época estaré más casero con mi novia, cuando haré un viaje de ocio... Es lo que te acaba dando la experiencia y si organizas tu vida puedes normalizarla».

Temporada ilusionante

Pablo Lijó se ha asentado entre los mejores del pádel mundial por méritos propios y resultados, algo que también le ha valido para ser seleccionado por el combinado nacional. Ahora afronta una temporada ilusionante. En estos momentos está en su segunda semana de preparación -en total son siete- antes de comenzar la competición. Con su pareja, Álvaro Cepera, y sus entrenadores y preparadores, Adrián Caviglia, Manolo Pérez, Fabio Romojaro y Carlos Guerra, no renuncia a nada. «Tengo un compañero estable, algo que no es habitual hoy en día. Ya jugamos juntos la mitad de la temporada pasada y en el 2016. Nos acoplamos bien y esperemos que esto nos dé cierta ventaja sobre el resto».

«Estamos haciendo lo que creemos más adecuado para mejorar más que el resto»

A pesar de que la campaña pasada no fue la más positiva en lo relativo a resultados, el ribeirense sí que la califica como «la mejor en cuanto a juego. Eso lo teníamos, pero faltaba algo para cerrar los partidos. También es cierto que tuvimos bastante mala suerte en varios torneos seguidos, ya que nos tocaban en primera ronda las mejores parejas. Fueron cuatro meses duros, pero fuimos pacientes y al final conseguimos ganar a los número uno. Fue una pena que nuestro pico bueno de forma llegara al final», comenta.

Pero Lijó comienza el año motivado y «centrado en el trabajo. Estamos haciendo lo que creemos más adecuado para mejorar más que el resto».

El futuro

El pádel es un deporte que, por ahora, permite estirar más la carrera profesional de los jugadores que en otras disciplinas. Pablo Lijó se encuentra actualmente en plena forma, ya que, como él explica, «ya no soy promesa ni llego a veterano. Tengo 28 años y el punto fuerte está entre los 26 y los 35. Es la etapa más productiva. Antes tienes picos buenos pero eres más inestable, y después lo normal es que tu nivel se estanque o baje».

También es cierto que la previsión de que los deportistas puedan mantenerse en activo «es más larga que en otras modalidades, pero la tendencia es que se vaya acortando. El circuito profesional tiene pocos años y hoy en día los veteranos están acostumbrados a entrenar de otra manera. Ya vienen jóvenes que trabajan muy duro desde pequeños y eso se nota. Hay chavales de 20 años con mucha energía». Esto provoca que «el pádel sea cada vez más físico, cuando antes primaba más la técnica y la táctica. Esta circunstancia redujo la edad de jubilación. La aportación de los jóvenes crea más competencia y eso hace que el nivel aumente».

En cuanto al tiempo que seguirá siendo profesional, es una cuestión que Lijó no quiere plantearse: «Tú planificas año a año pero no miras mucho más allá. El circuito está cada vez más apretado y las lesiones son algo que no se pueden prever». Por ello, solo tienen en mente su objetivo más inmediato, que no es otro que escalar puestos en el ránking del World Padel Tour para colocarse entre las ocho mejores parejas y tener su gran premio, que sería jugar el Master Final.