Sin embargo, los pedidos de la variedad japónica no llegan solo a los grandes distribuidores, una placera ribeirense comentó que esta Navidad envió partidas a clientes de Madrid que veranean en la zona.
A. Gerpe
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R. Estévez
Llegó de fuera y, como suele ocurrir con las especies alóctonas, tanto en tierra como en el mar, empezó a colonizar territorio para desbancar a posibles competidores. Se trata de la almeja japónica, cuya imparable expansión en los bancos marisqueros de las rías de Arousa y Muros-Noia corre pareja a la preocupante escasez de variedades autóctonas como la babosa o la fina. La prevalencia de este molusco ha llegado a tal punto que, como reconocen en las cofradías de Cabo de Cruz, A Illa o Rianxo, se ha convertido en el sustento de los mariscadores, que con su captura tienen garantizados unos ingresos que empezaban a flaquear con otros tipos de bivalvos.
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