Un faro en Ribeira para evitar naufragar en las rocas del feísmo

p. bretal RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Tras la gran acogida del mural de Fernando Yáñez, el Concello planea habilitar ayudas para iniciativas similares

12 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El inicio de curso en el ribeirense colegio O Grupo ha estado marcado por el nuevo paisaje que acompañará a cada recreo. En los últimos días, la fachada medianera de uno de los edificios adyacentes al centro había acaparado la atención de los transeúntes, ya que estaba siendo pintada. No obstante, con el paso de los días empezó a tomar forma una silueta que dejaba claro que no se trataba de una mera capa de pintura, sino de un mural del faro de Sálvora destinado a ser la punta de lanza en la lucha contra el feísmo en Ribeira.

Lo que comenzó como una iniciativa de la propia comunidad de vecinos del edificio, luego recibió el consejo y colaboración del Concello. El diseño del artista Fernando Yáñez -autor de otras obras en espacios públicos como la venus abstracta que corona la praza Heroínas de Sálvora o la exposición efímera de fotografías de alumnos caracterizados de presos del nazismo-, completó la lista de ingredientes de la que parece que ha sido una receta que ha gustado. Tanto, que desde el ejecutivo ya están planeando lanzar una línea de ayudas para el próximo año con la que fomentar actuaciones similares. Se trata de un proyecto que ya había ido tomando forma en el pasado mandato y está destinado a combatir el feísmo.

La propuesta artística

«La idea principal es crear un icono marinero, con mucha visibilidad, en un ambiente geométrico que se integre en la arquitectura de la zona y que no canse visualmente con el paso del tiempo», explicó Yáñez de una propuesta que se aprovecha de elementos físicos, como las propias ventanas del edificio, para determinar cada planta o piso del faro.

«Creo que los colores planos y los espacios geométricos consiguen esa integración en el espacio», anotó el también docente en el colegio Galaxia, de su trabajo, que fue ejecutado a través de la firma local Habitat Sorielo.