Final feliz en Hermano Mayor

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Tras lograr el certificado médico, dos chicos con problemas de conducta se enrolaron en sendas embarcaciones

01 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A diferencia de los casos que trataba Pedro Aguado, los que lleva Concha Lavid, la responsable de Hermano Mayor en Galicia, no salen por televisión. Pero aunque no suelen trascender, acostumbran, como el retransmitido, a acabar con un final feliz. Al menos así lo ha sido en la historia de dos muchachos de Ribeira con problemas de conducta que pasaron por su consulta. A punto estuvieron de ver frustrada su integración en el mercado laboral porque el Instituto Social de la Marina (ISM) los citaba a mes y medio vista para hacer el reconocimiento sanitario necesario para obtener el certificado médico que se pide a todas aquellas personas que quieran embarcar como marineros.

Esa demora afectó anímicamente a los chavales, que ya tenían plaza reservada en sendos pesqueros. No en vano hoy lo que falta en la flota, aparte de cuotas, es mano de obra.

Finalmente, tras las protestas de la responsable de Hermano Mayor, el ISM adelantó la cita a los muchachos. Así, desde el lunes, «ambos solicitantes disponen ya del correspondiente reconocimiento médico de embarque marítimo, obtenidos ambos en el Centro de Sanidad Marítima de Ribeira», informaron fuentes del organismo. Uno desde el mismo lunes, y otro desde el martes, ya forman parte de la tripulación de un cerquero, en un caso, y en un barco de artes menores, en otro. Están «supercontentos», afirma Lavid. Uno «se mareó un poco al principio», pero enseguida se repuso y continuó trabajando. Ahí está el final feliz de un episodio no televisado.