La aparición de otro cadáver en Aguiño eleva a cuatro los mayores fallecidos en soledad desde el jueves

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Sin signos de violencia, las causas de esta nueva muerte parecen ser naturales

08 ago 2019 . Actualizado a las 20:09 h.

El impago del alquiler o un hedor que pocos vecinos son capaces de soportar suelen ser las causas que llevan a echarlos de menos. Al menos es lo que ocurrió en algunos de los últimos casos de mayores que vivían solos y cuyos cuerpos fueron hallados dentro de su domicilio días, a veces meses, después de haber fallecido. En menos de una semana, son ya cuatro casos en Galicia.

El último fue en Aguiño, en el concello de Ribeira. Fue un vecino de esa localidad costera de 66 años. La última vez que le vieron fue en las fiestas del Carmen. El domingo su sobrina dio la voz de alarma. Sospechaba que algo no andaba bien, y tenía razón. Su tío estaba muerto en su casa. El cuerpo fue hallado por la Policía Nacional, a quien la mujer había avisado para ir hasta su domicilio. El cuerpo no presentaba ningún signo de violencia, por lo que todo apunta a que la muerte se produjo por causas naturales.

A falta de conocer el resultado definitivo de la autopsia, esa parece ser también la razón de la muerte de otro vecino de Covas, en el concello lucense de Viveiro. No pagaba el alquiler desde el pasado mes de febrero, pero hubo que esperar a que los dueños del piso en el que vivía llegaran de Inglaterra a Galicia para pasar las vacaciones para descubrir el cuerpo.

Antes de viajar a Viveiro ya habían contactado con la agencia inmobiliaria para saber por qué el hombre, hasta entonces pagador, había dejado de cumplir con su compromiso. Hablaron con un hermano que vive en Barreiros, quien les comentó que había barajado ir a un centro. Pero no. Su cuerpo yacía en avanzado estado de descomposición en la cama, con comida al lado.

Fue hallado el sábado, dos días después del hallazgo del cadáver de un ourensano de 74 años que, como el hombre de Viveiro, también llevaba muerto meses. Por no hablar del caso de una mujer de Ferrol encontrada el jueves, que murió en condiciones parecidas a las de los casos anteriores.

Hallazgos como estos no son nuevos en Galicia. Lo que sorprende esta semana es que sean tantos descubiertos en tan poco tiempo. Es la huella de la soledad a la que se enfrentan cada vez más personas en una comunidad como Galicia, en la que, según datos del 2017, un total de 117.852 personas de más de 65 años no tenían nadie en casa con quien convivir.

Gonzalo Pérez Jácome, el alcalde de Ourense, capital de la provincia con la población más envejecida de la comunidad, quiere tomar medidas para frenar un fenómeno con el que, tarde o temprano, podría tener que enfrentarse de nuevo.

De ahí que baraje la puesta en marcha de un teléfono al que las personas podrían llamar en caso de tener algún percance, pero, más allá de que sean ellos los que marquen el número de emergencia del Concello, su propuesta va más lejos al proponer telefonearles cada tres días. No es el primero en tratar el tema. El gobierno local de O Carballiño ya lo hizo con anterioridad.

Desde el Servizo de Axuda no Fogar a teleasistencia o el programa Acompaño

La Consellería de Política Social dispone de un amplio abanico de recursos dirigidos a las personas que viven solas. Desde programas como el Servizo de Axuda no Fogar para personas dependientes a otros recursos como la teleasistencia que se presta en colaboración con Cruz Vermella, y que permite hacer un seguimiento de personas autónomas durante las 24 horas del día.

Xantar na Casa también trata de que los mayores dispongan de una dieta sana y equilibrada en sus hogares, mientras que el programa de voluntariado Acompaño busca fomentar la convivencia y la relación intergeneracional. Los voluntarios acompañan a los mayores durante dos horas durante tres días a la semana. Otros recursos en el rural son las Casas do Maior o el programa Redmay.