La cotización del pulpo desciende a niveles de hace cuatro años

Ana Gerpe Varela
Ana Gerpe RIBEIRA

RIBEIRA

MARCOS CREO

El valor en lonja máximo fluctúa entre los 10 euros de Ribeira y los 8,50 de O Son

07 jul 2019 . Actualizado a las 12:46 h.

Tras mes y medio de veda, el pulpo regresó a los mercados con unas cotizaciones significativamente inferiores a las que estaban registrándose en lo que parecía una escalada alcista sin techo. Valores máximos de hasta 15 euros en lonja, y medias que fluctuaban entre los 11 y los 10, han dado paso a precios que se sitúan a niveles de hace cuatro años, cuando el cefalópodo rara vez subía de los 10 euros en las pujas de las rulas.

En los compases iniciales de esta nueva campaña, las piezas de tamaño grande ?sobre los dos kilos de peso? han oscilado entre los 10 euros de Ribeira, donde se han registrado las pujas más elevadas, los 8,50 de Porto do Son o los 8,75 de Muros.

Como ejemplo del giro experimentado basta decir que en el arranque de temporada del 2018, la cotización mínima en Ribeira fue de 8 euros. En la actualidad está en los 5 y los 6.

Sobre las causas del descenso, algunos naseiros las atribuyen a la entrada de producto foráneo durante el período de veda: «As distribuidoras teñen que vender». Otros, por el contrario, aseguran que es necesario aguardar dos o tres semanas para evaluar cómo será la campaña. Explican que los precios comenzarán a subir porque, aseguran, el cefalópodo escasea y la demanda va en aumento.

También existen discrepancias sobre si la duración de la veda ha resultado o no beneficiosa para la especie. El muradano Primitivo Pedrosa manifiesta: «Imos pescando, pero non se nota moito o paro que fixemos. Eu son da opinión de que tiña que prolongarse máis tempo».

Más capturas

Al margen de cómo le vaya en el mar a cada una de las embarcaciones, lo cierto es que las capturas en las cuatro primeras jornadas de trabajo superan en 4.022 kilogramos las obtenidas en el mismo período del arranque dela temporada del 2018.

Por las rulas de Ribeira, Muros y Porto do Son pasaron en estas jornadas 24.467 kilos, frente a los 20.445 de hace un año.

La única lonja que se está viendo más perjudicada es la de Porto do Son, en la que únicamente se han vendido 873 kilos. Fuentes de la cofradía indicaron que el motivo debe buscarse en que la mayoría de las embarcaciones llevan sus capturas a Muros porque, explican, así también comercializan la nécora.

No cabe duda de que el recinto de pujas muradano está resultando beneficiado por esta circunstancia, ya que ha despachado más de cinco mil kilos. En cuanto a Ribeira, una rula de referencia en la venta de cefalópodo a nivel gallego, registra unos datos mucho mejores que los del pasado ejercicio, con 18.465 kilos en cuatro jornadas, unos tres mil más que en el arranque del 2018.

Una de las novedades de este año es la eliminación de la norma que obligaba a llevar precintos en las boyas, una decisión que suscita reacciones a favor y en contra.

Primitivo Pedrosa explica que «vese moito polbo ovado» y es de los que opina que la evaluación sobre el desarrollo de la campaña tiene que hacerse transcurridas varias semanas.

La opinión generalizada es que el cefalópodo no estará en su mejor momento hasta que llegue el otoño. El temor de muchos profesionales es que, para entonces, comience a escasear: «Agora collemos o tope, pero a base de virar as nasas. Non como outros anos, que nas primeiras xornadas de actividade resultaba moi doado chegar ao cupo».

El naseiro Francisco Fernández se muestra bastante pesimista sobre el desarrollo de la campaña: «Vese algunha cría, pero considero que non vai ser unha campaña boa».

Al igual que otros profesionales, afirma que en el mar se ve cría, lo que permite albergar alguna esperanza. En estos compases iniciales, explica que trabaja en la zona de Sálvora y Vionta: «Hai grupos de nasas nos que non entra ningún polbo. Nunha apertura de campaña é un indicador moi importante». Francisco Fernández sentencia: «Non é ano de polbo».

Reconoce, sin embargo, que los primeros días la actividad estuvo muy condicionada por el viento: «O nordeste influeu moito. Non é un vento pescador porque o polbo non come».

Teme, incluso, que a medida que avancen las jornadas de trabajo aumenten las dificultades para conseguir los cupos fijados en 30 kilos por embarcación y otros tantos por tripulante.