Los vecinos se volcaron con la celebración del Corpus y trabajaron durante horas en la confección de alfombras
24 jun 2019 . Actualizado a las 20:08 h.Hay tradiciones que resisten la era tecnológica y continúan uniendo a vecinos dispuestos a mantenerlas vivas. El Corpus es una de ellas, como pudo verse ayer en las calles engalanadas de localidades como Rianxo, Corrubedo, Ribeira, Lampón, Muros o Noia. Cientos de manos hicieron posibles las alfombras que las vistieron para recibir a los jóvenes que realizaban la primera comunión y a los fieles que participaron en los oficios religiosos.
Los artesanos de los pétalos dicen que este año escasearon las flores, pero no el ingenio. La hortensia fue una de las que más abundó en las composiciones, en las que borra de café, tulla, sal tintada e, incluso, conchas de bivalvos machacadas ayudaron a elaborar cálices, cruces, anclas y hasta figuras de petroglifos, como en el caso rianxeiro. En esta localidad, los mantos, salvo el de la plaza Castelao que se hizo por la mañana, acabaron de confeccionarse a media noche, justo antes de que comenzase a llover.
Interrupción forzosa
En Ribeira, una de las personas que intervino en la elaboración explicó que tuvieron que dejar la actividad a las tres de la mañana debido al intenso aguacero, para retomarla a las nueve. Todo estaba listo a las once y media para la salida de la procesión desde la capilla del Sagrado Corazón.
Por su parte, los vecinos de Lampón comenzaron con los preparativos el sábado por la tarde, adornando, además del atrio de la iglesia, otras cinco zonas.
Durante toda la jornada, noieses repartidos por la villa se afanaron con el propósito de tener todo listo para la misa de la tarde.