Manuel Ruiz revalida la alcaldía invitando a la corporación a hacer del Concello «a casa común»

RIBEIRA

Carmela Queijeiro

Fue designado por nueve apoyos, mientras que BNG y Suma Ribeira se abstuvieron y renunciaron a ser elegidos

15 jun 2019 . Actualizado a las 13:49 h.

Con bellos ejemplares encuadernados de las constituciones de España, desde la de 1812 y hasta la actual, 1978, presidiendo la mesa del salón de sesiones, los integrantes de la nueva corporación de Ribeira prometieron su acta de concejal y se procedió a la votación para elegir alcalde. Que una edición exclusiva de las cartas magnas ocuparan parte de la mesa presidencial fue decisión del secretario municipal, Juan Salguero, quien explicó que lo hizo «sen encomendarme a ninguén» y quien explicó que se trataba de un regalo efectuado por la corporación cesante. Salguero, que informó sobre cómo iba a discurrir el pleno, recordó a todas las corporaciones que han precedido a la actual y subrayó: «As persoas pasamos, pero as institucións permanecen»,

No hubo sorpresas porque, tal y como habían anunciado en jornadas precedentes, los dos ediles del BNG renunciaron a ser elegidos y votaron en blanco. También el representante de Suma Ribeira, Xurxo Ferrón, hizo lo mismo. Para que quedara claro ante la concurrencia, Xurxo mostró su voto en blanco antes de introducirlo en la urna. 

Ante un salón de plenos abarrotado, que contó con la presencia del excalcalde José Antonio Ventoso Mariño, quien dijo que «para min é un momento de honra ver formar unha corporación», y de la conselleira de Benestar Social e Maiores, Fabiola García, que dijo que era un orgullo que Ruiz volviera a ser alcalde, el popular Manuel Ruiz volvió a ser elegido alcalde con los votos de los nueve ediles de su grupo. Vicente Mariño de Bricio, del PBBI recibió los siete de su grupo y el PSOE, dos. 

Tras tomar posesión, en una intervención improvisada, Manuel Ruiz hizo un llamamiento expreso a todos los grupos para olvidar rencillas, exabruptos lanzados durante la campaña y colocarse en la línea de salida para iniciar una nueva etapa para hacer del Concello «a casa común». Ruiz tendió la mano a todos los partidos representados «sin excepcións» para sentar las bases de un futuro gobierno: «Vostedes deron un cargo; un cargo sen goberno non vale de nada». Prometió transparencia y pidió a los grupos olvidarse de las siglas para trabajar en beneficio de los vecinos. Aseguró que su deseo es hacer que todos los ciudadanos se sientan representados, incluyendo a quienes votaron a partidos que no han logrado representación plenaria y que, sin embargo, sí tienen un importante respaldo». Precisamente, en la sesión estaba una de las exconcejalas más veteranas, Rosa García Pose, líder de IPR, cuyo partido se quedó en estos comicios sin representación.

La sesión discurrió con absoluta normalidad y en la toma de posesión, los ediles de BNG y Suma Ribeira eligieron fórmulas personales. Al igual que hace cuatro años, los concejales nacionalistas prometieron su cargo por imperativo legal para «defender os intereses da veciñanza e do pobo galego». No hicieron mención expresa ni a la Constitución ni al Estatuto de Autonomía. Por su parte, Xurxo Ferrón, de Suma Ribeira, incluyó la siguiente frase en su promesa: «En memoria das democracias aniquiladas en 1936».