No hay proceso electoral en el que por parte de alguno de los candidatos, si no por todos, se ponga sobre la mesa la frase de que el nuevo mandato «será trascendental» para el municipio o para la ciudad. Luego pasan cuatro años y la cosa sigue igual. Pero en Ribeira, esta vez puede que sí se marque un antes y un después; así parece si tenemos en cuenta las actuaciones que se anunciaron en los últimos meses. La más importante es, sin duda alguna, la circunvalación, un viejo proyecto que no acaba de tomar forma y por el que se espera como agua de mayo para dar carpetazo definitivo a los problemas que ocasiona el tráfico pesado del puerto, o del que se dirige a Aguiño o a Couso.
No es menos clave la ampliación del parque empresarial, teniendo en cuenta que el actual está agotado, lo que limita el desarrollo de las factorías, hasta tal punto que algunas han tenido que marcharse para poder crecer. Sí, este mandato puede ser histórico para Ribeira, por esas obras y muchas otras, pero también si, como se prevé, el gobierno que se proclame el próximo sábado se ve obligado a ejercer en minoría. Pero bendita complicación, porque seguro que ninguno de los partidos de la corporación municipal pondrá tachas a todo aquello que sea bueno para Ribeira, con lo que todos tendrán su alícuota de responsabilidad al asentar el futuro de la ciudad.