Los partidos eligen árboles, marquesinas o señales de tráfico para colocar su propaganda, una infracción penada con la cárcel
24 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.No todo vale para intentar arañar más votos en unas elecciones y, de hecho, cada vez que hay una cita con las urnas se repite la misma estampa: carteles electorales que se colocan en los lugares más insospechados con el objetivo de que los vecinos tengan muy presente quienes son los candidatos que aspiran a llevar las riendas de los concellos. Árboles, marquesinas, escaparates, puentes, vallas, bajos de edificios y hasta señales de tráfico son lugares que en los últimos días han amanecido cubiertos de propaganda de los distintos partidos políticos, una situación que podría quedar en una simple anécdota si no fuera porque vulnera la ley.
De hecho, según la normativa de régimen electoral, solo se podrán colocar carteles de los alcaldables en los lugares públicos que cada ayuntamiento haya reservado para tal fin, y que en la comarca se reducen básicamente a los tablones de madera que se han instalado en distintos puntos, así como a farolas y postes de la luz, que se habilitan para colgar las distintas banderolas. También se da la posibilidad de que las fotos de los candidatos puedan lucir en aquellos espacios comerciales autorizados, pero no existen muchos en la zona, a pesar de que durante todo el año es habitual ver como numerosos bajos se llenan todo tipo de propaganda sin que se tomen medidas para evitarlo.
Duras sanciones
En el caso de los carteles electorales, son los responsables de las juntas locales de zona los encargados de comprobar que los distintos partidos cumplen la norma a la hora de colocar su propaganda. En caso de no hacerlo, se arriesgan a tener que abonar multas cuya cuantía puede oscilar entre los 600 y los 1.200 euros. Además, en aquellos casos de mayor gravedad, el artículo 144 de la ley de régimen electoral considera que esta práctica es constitutiva de un delito y establece una pena de cárcel que puede ir de los tres meses hasta el año.
Otros de los requisitos que se establecen es que el gasto en propaganda debe ser el 20 % del coste total de la campaña, y que la distribución del espacio público para colocar los carteles se hará proporcionalmente en función de los votos obtenidos por cada partido en los últimos comicios.