El colectivo ve necesario que el movimiento siga creciendo
12 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Incombustibles al desaliento y dispuestos a reivindicar sus derechos el tiempo que haga falta, así como a defender los de sus hijos y nietos, colectivos de jubilados de Barbanza salieron ayer a la calle para gritar bien alto que «as pensións non se tocan, goberne quen goberne». En Ribeira, donde tuvo lugar la movilización comarcal, el representante Manuel González exigió -en su intervención en la plaza del Concello- el blindaje constitucional de estas retribuciones, tanto para garantizar su continuidad como lograr unas prestaciones dignas.
A la marcha ribeirense se unieron también plataformas de otros lugares y una representante de la de Boiro, Marián Noal, tomó la palabra para leer un manifiesto en el que se instaba a conseguir que el movimiento continúe creciendo, a formar un bloque europeo para la defensa de este derecho y a captar a los jóvenes para que se sumen a las movilizaciones.
El texto señalaba que por ahora no se han conseguido los objetivos perseguidos y, por lo tanto, toca «loitar sen parar. O capitalismo declarounos unha guerra global. Non podemos abandonar a loita, todo o contrario, debemos buscar a complicidade dos máis novos».
«Non somos súbditos»
La marcha en Ribeira comenzó en la plaza de O Peixe y discurrió por la calle peatonal hasta finalizar delante de la casa consistorial. Allí, Manuel González dijo que se había conseguido una pequeña victoria en las elecciones generales al lograr el triunfo un partido que defiende las pensiones públicas.
Sin embargo, el representante de los jubilados dejó bien claro que se le exigirá el cumplimiento de los compromisos adquiridos: «Non somos súbditos».
Cada localidad mantendrá las concentraciones semanales y, en el caso ribeirense, Manuel González comentó que el 25 de mayo, jornada de reflexión por las elecciones, no se celebrará.
Aunque la movilización comarcal tuvo lugar en Ribeira, el colectivo de A Pobra mantuvo su tradicional manifestación de los sábados para evitar, según explicó uno de sus representantes, la desmovilización del grupo en la localidad. Además, se aprovechó para dar a conocer las reivindicaciones de los partidos políticos del término.
Como en ocasiones anteriores, la marcha comenzó en el centro social y avanzó hacia la alameda, para luego recorrer las principales calles del casco urbano.
Los pensionistas han demostrado que no se conforman con migajas y que mientras no se satisfagan sus demandas continuarán en las calles de Barbanza haciendo oír su voz y buscando nuevos apoyos.