Las arcas locales barbanzanas acabaron con un remanente de tesorería positivo de 13,4 millones

RIBEIRA

MARCOS CREO

Ribeira, Boiro y Noia tienen la cuantía más elevada, por encima del millón de euros

09 abr 2019 . Actualizado a las 16:01 h.

Los ayuntamientos de la comarca están inmersos en la liquidación de las cuentas del ejercicio 2018 que, una vez más son  muy positivas. El remanente de tesorería para gastos generales asciende a 13,4 millones, lo que deja también un importante superávit para poder gastar. Ribeira, Boiro y Noia están a la cabeza, ya que cada  uno de ellos supera el millón. Sin sobrepasarlo, los números de Rianxo en este aspecto también resultan muy favorables.

Sin embargo, para que las administraciones locales puedan hacer uso de estos fondos existen una serie de condicionantes y, precisamente, ese es el motivo de queja de la práctica totalidad de los dirigentes locales. La edila de Facenda sonense, María Maneiro, califica la medida de injusta, mientras que el regidor de Noia, Santiago Freire, afirma: «Antes existía maior flexibilidade porque non era preciso cumprir coa regra de gasto». Eso sí, Freire comenta que puede emplearse el dinero, aunque reconoce que «hai que buscarlle o encaixe».

El alcalde de Rianxo, Adolfo Muíños, comenta: «Non ten sentido poñerlle cancelas ao gasto» y va un paso más allá al reclamar la supresión de la denominada tasa de reposición, que establece cuánto personal puede incorporarse anualmente a un concello para cubrir las vacantes por jubilación. 

A pesar de que las directrices estatales no lo ponen fácil para que los ahorradores ayuntamientos puedan invertir el dinero, los concellos buscan la forma de hacerlo. El ribeirense, por ejemplo, acaba de lanzar una serie de propuestas para hacer  uso de su dinero. Entre las propuestas figura el arreglo integral de la Casa da Xuventude. Explica el mandatario, Manuel Ruiz, que la intención es que la primera fase de las obras sea la erradicación de las humedades que condicionan el  uso de ese espacio. Asimismo, quiere mejorarse el aspecto externo del inmueble, buscando la forma de que tenga un mayor encaje en el entorno. Ruiz reconoce que no es sencillo porque, entre otras cosas, el inmueble ha sido objeto de actos vandálicos desde su construcción. De hecho, los cristales están repletos de pedradas.