«¡Vamos, mamá, tú puedes!»

Antón Parada RIBEIRA

RIBEIRA

Marcos Creo

Arropada por su familia, la boxeadora ribeirense Clara Millares derrotó por K.O. a su rival en el tercer asalto de su gran debut

06 nov 2019 . Actualizado a las 20:30 h.

«¡Vamos, mamá, tú puedes!», este fue uno de los múltiples gritos de apoyo que inundaron ayer el polideportivo de A Fieiteira, en la séptima Velada de Boxeo Concello de Ribeira. Nada extraño en el calor del combate, con la excepción de que los vítores procedían de una primera fila protagonizada por dos niños pequeños. Sobre el cuadrilátero, la púgil Clara Millares (Ribeira, 1985) se defendía de las duras embestidas de su rival, Ana Leyeska (Rebouras Team), en el primer asalto de su gran debut.

Pero la local de la Escuela de Boxeo El Canario no se había pasado dos años moldeando su sueño contra un saco para perder ante dos filas repletas de familiares y amigos. No. Y por eso acabó venciendo por K.O. (retirada de su rival) en el tercer asalto. «Claro que mereceu a pena. Continuarei loitando», sentenciaría Millares minutos más tarde, entre Uxía y Breixo, con el trofeo y su sueño conquistados.

El otro equipo

«Leva traballando moi duro todo este ano, unha vitoria serviría para ver reflectido todo ese esforzo». Estas palabras, pertenecientes a la hermana gemela de Clara, Carmen Millares, fueron pronunciadas escasos minutos antes de que sonase la campana inicial. Y es que la sensación de la veintena de allegados era de nervios e incertidumbre, ya que apenas habían visto un par de vídeos de ella entrenando.

No obstante, no faltaron la confianza y los consejos. Por parte de su otra hermana, Teresa, un «¡cúbrete!», mientras que la tercera, Olga, le regaló un «golpea forte». Entretanto, los chiquillos siempre lo tuvieron claro. «Ganará», sentenció Breixo, para que Uxía explicase el motivo como quien señala la mayor obviedad del mundo: «Porque es muy buena».

Este era el otro equipo de apoyo que estaba expectante cuando sonó el nombre de Clara y esta salió el túnel de vestuarios acompañada de su entrenador, Israel Benítez. Así se subió a la lona para disputar un primer asalto en el que cualquiera hubiera pensado que todo estaba perdido. Mas el público no tardó en comprender la estrategia.

Leyeska había apostado por darlo todo desde el inicio, cobrándose buenos golpes, pero echándose encima de la ribeirense y provocando las constantes advertencias del árbitro. En el segundo asalto, Clara ya se movía con comodidad y Ana acusaba el cansancio, En el último, el ring le pertenecía. Y cuando la candidata del Rebouras tuvo que tirar la toalla, Millares corrió a abrazarla en un gesto que supuso la mayor lección de todas. La lección que solo enseña una madre.

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