Sandra Piñeiro: «El remo me lo ha dado todo»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro sevilla RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CEDIDA

Creada en Cabo y cincelada en Ribeira, la boirense da el salto a la élite nacional desde una trainera vasca

21 ago 2019 . Actualizado a las 21:44 h.

Sandra Piñeiro Fingueiriño (Boiro, 1996) cogió las maletas para perseguir un sueño. A un paso de terminar el grado de INEF, aprovechó las prácticas de la carrera para dar un nuevo salto en su trayectoria deportiva. Tras su paso por Cabo y Ribeira, remará este verano con Orio, club vasco que se encuentra en la élite nacional.

-¿Cómo se desencadenó todo?

-Estaba a gusto en Ribeira, pero cuando vi la nueva normativa de la liga percibí que quizás no tendría donde bogar. Surgió la oportunidad remar y hacer las prácticas aquí, en Orio. Era un tren que no podía dejar marchar. El sueño de todo remero es competir en el País Vasco. Hasta marzo estaré trabajando con la base, haciendo un poco de todo, de conejillo de indias. A partir de ahí, será solo remar. Era ahora o nunca.

-¿Qué meta se ha puesto para la temporada?

-Primero tenemos que ver el terreno que pisamos. Hubo muchos cambios. San Juan, que era una de las cabezas de serie, se desmontó y sus remeras han ido para diferentes equipos, por lo que ahora estamos en arenas movedizas. Nadie está sacando aún toda la artillería. Nosotras queremos hacerlo bien y alcanzar nuestro mayor rendimiento.

-¿Cómo fue su llegada a Orio?

¿Qué tal el equipo?

-La verdad es que muy bien. Este es un proyecto de cantera, llevan diez años para sacar la trainera adelante. Poco a poco lo han conseguido, aunque hayan fichados chica que vienen de fuera.

-Diez años... aquí sería poco más que una locura.

-Sería inviable. El único club que lo logró fue Cabo, cuando consiguió subir a Euskotren. Es complicado tener 13 remeras de un nivel similar. Es muy difícil que un club invierta además en un equipo de chicas. En Ribeira sí se hizo. Se nos daba un lugar prioritario. Lo normal es que estuviéramos en un segundo plano. Todo necesita su tiempo, hay que ir poco a poco.

-Su trabajo final de grado también incide en la situación de la mujer en el deporte.

-Quería saber como evolucionaba la mujer en este mundo. Es lógico que no puedes exigir las mismas condiciones cuando tu trayectoria es mucho más pequeña, pero hay muchos estereotipos implantados. Si eres mujer y practicas un deporte mayoritariamente masculino, las dificultades se multiplican por 20 o 30.

-¿Cómo recuerda su paso por el Ribeira?

-No puedo decir nada malo. Me dieron la vida. Me lo dieron todo. Son una familia. Le otorgan mucha importancia a la mujer. Lo que se hizo el año pasado fue muy costoso. Hubo que movilizar patrocinadores, alquilar una trainera, conseguir remos... Movieron tierra, mar y aire y demostraron que Galicia podía estar a cierto nivel. Lo demostramos en la Concha quedando terceras.

-¿Qué le dijeron cuando les anunció que se marchaba?

-Me apoyaron, no al 100 %, sino al 200 o al 300. Lo hablé con mi entrenadora y me dijo que, si no me dejaba marchar, no solo sería mala entrenadora, sino también mala amiga.

-Empezó su camino en Cabo.

-Me enseñaron todo lo que sé. Estuve diez años allí. Fui creciendo ahí, como persona y deportista. El remo me lo ha dado todo. Supe desde el primer momento que era lo que me hacía sentir bien. Me completaba. Por eso me decidí a estudiar INEF. Quería hacer algo que me apasionara.

-Lo tenía muy claro.

-Me motiva, me potencia, me hace sentir mejor persona y más madura. Creo que puedo aportar más a la sociedad. Decidí moverme para intentar dedicarme a esto. Si no me sale bien estaré tranquila de todas formas. Por lo menos lo he intentado.

-Tiene clara su filosofía. ¿Cuál es el sueño que persigue?

-Un sueño sería ganar la Concha. Creo que es el de todo remero. Me gustaría hacerlo con la gente de mi casa, con mis compañeras de siempre, pero hay veces en que eso es muy complicado. A nivel profesional me gustaría ser entrenadora de un club ACT o Euskotren. En la ACT no hay ninguna. Sé que es complicado, pero me encantaría. Igual dentro de 20 años lo consigo. Soy una persona paciente [ríe].

-Lleva media vida practicando remo. ¿Cómo de difícil es enganchar a una chica a esto?

-Cuando llegan a la categoría promesa o juvenil es muy complicado que se queden. Mi tutor de las prácticas en Orio me dice que, cuando tenga a un chica en el gimnasio no la presione porque lo complicado es que haya entrado por la puerta del club.