El trabajo de Policía Local tiene muchos momentos duros, y José Manuel Bretal recuerda varias de esas situaciones que le han marcado, «sobre todo cuando se trata de suicidios o cuando se encuentra un cadáver en el mar». Aunque, si hay que destacar un momento especialmente trágico, fue la muerte de un compañero en un accidente de tráfico al terminar una guardia.
-Además de la delincuencia común, ¿a qué otros problemas hace frente la Policía Local?
-El tráfico es una de nuestras primeras funciones y preocupaciones, y también está el ocio nocturno. Desde hace años, este último es mucho menos problemático, se ha controlado bastante y no está tan masificado.
-¿Cómo llevaron el proyecto de peatonalización de Ribeira?
-Yo percibo que si había un grupo de ciudadanos que se posicionaban muy en contra de la peatonalización por los motivos que fueran, ahora mismo no existe ese factor crítico. Es algo generalizado y ocurre lo mismo que en otros municipios, que una vez que se pone en práctica va calando la idea de que es positiva, y los que se oponían la acaban considerando buena, sobre todo en ciudades como Ribeira, con un casco urbano tan difícilmente configurado para el tránsito rodado.
-¿Cómo es la colaboración con los otros cuerpos de seguridad?
-Buenísima, tanto con el Cuerpo Nacional de Policía como con la Guardia Civil, sobre todo con los equipos de atestados.
-Un problema generalizado en toda España es la falta de agentes municipales, ¿como está la situación en Ribeira?
-La prioridad es dotarnos de los agentes que hacen faltan. Están pendientes de sumarse dos policías, se han convocado dos plazas más por las jubilaciones, y esperamos que venga un oficial en comisión de servicio porque existe una vacante. Así seríamos 24, y ese personal es suficiente para cubrir los turnos tal y como están configurados. Pero, si queremos cumplir con las funciones que nos tienen encomendadas con una mejor calidad y atención, sí que habría que aumentar la plantilla. Si hay nueve grupos, creo que se precisaría un policía más por cada uno, por lo que llegaríamos a 33. Aún así, esa cifra para una población como la nuestra quedaría por debajo de los ratios exigidos.