La obra todavía no está completa, ya que los operarios pintarán el lunes cada una de las siete letras de un color distinto
26 sep 2019 . Actualizado a las 13:59 h.Está inmerso el Malecón de Ribeira en un profundo proceso de transformación que ha extendido sus redes hasta el mismísimo topónimo de Ribeira, que ha puesto un corazón en la eterna disputa entre la oficialidad del nombre con be y la defensa de quienes sostienen que existen razones fundadas para escribirlo con uve.
La sustitución de la letra de la discordia por el símbolo universal del amor no es nueva, ya hace tiempo que luce en varios paneles de la casa consistorial que suelen servir de telón de fondo para las ruedas de prensa. El alcalde, Manuel Ruiz, presentó oficialmente la alternativa durante un debate plenario en el que se abordaba el asunto de la normativa lingüística. En el fragor dialéctico, el mandatario se quitó la chaqueta para mostrar una camiseta con la variante toponímica.
Sin embargo, el nuevo mirador situado en el arranque del paseo que lleva a O Touro ha supuesto el estreno público de un elemento con el que el Concello quiere ganarse el corazón de vecinos y visitantes, construyendo un balcón a la ría de Arousa que está llamado a ser objetivo de las cámaras fotográficas.
A nadie le cabe duda de que va a transformarse en el top ten de los escenarios elegidos para sacarse selfies en la ciudad porque, precisamente, lo que se busca es convertirlo en una de esas imágenes imprescindibles que los turistas se llevan de los lugares que visitan.
La obra todavía no está completa, ya que los operarios pintarán el lunes cada una de las siete letras de un color distinto, lo que incrementará la vistosidad del conjunto.
La atención ya la llama desde la mañana de ayer, cuando numerosos viandantes se pararon para contemplar el trabajo de los obreros encargados de colocar unas letras estratégicamente situadas, que tienen como horizonte la inmensidad de la ría de Arousa.