El Concello de Ribeira busca un local para el punto de encuentro familiar

A. Gerpe / A. Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

Una opción está en un bajo de la calle Cristóbal Colón usado por Servizos Sociais

16 feb 2019 . Actualizado a las 21:57 h.

Los progenitores de la comarca afectados por casos conflictivos de separación y divorcio con menores implicados deben acudir a Santiago para cumplir con el régimen de visitas establecido por la autoridad competente, dado que la comarca barbanzana carece de un punto de encuentro familiar. Su creación ha sido reclamada en varias ocasiones y Ribeira es uno de los ayuntamientos que con más firmeza apostó por su consecución. Hace un año, la Consellería de Política Social avanzó que valoraba la posibilidad de ubicar uno en la zona y su materialización podría estar próxima. De hecho, el Concello busca un local para cedérselo a la Administración.

Una de las opciones es un bajo de la calle Cristóbal Colón. Este espacio consta de diversas dependencias que habitualmente utiliza el departamento municipal de Servizos Sociais para la realización de cursos.

Posible adquisición

El inmueble es propiedad de una entidad financiera, tras un proceso de embargo a sus promotores, y está cedido al Concello. La alternativa es que la Administración local pueda adquirir las dependencias y adecuarlas para la nueva función.

En el caso de no alcanzar un acuerdo, la intención es buscar otro local céntrico que reúna las características necesarias.

La puesta en marcha del punto de encuentro familiar no implicaría coste alguno para las arcas municipales -salvo el local- porque la contratación de los profesionales encargados de supervisar las visitas, hacer un seguimiento y atender a los implicados corre a cargo de la Consellería de Política Social.

La necesidad de conseguir esta prestación se ha hecho perentoria porque el partido judicial ribeirense registra un elevado número de casos de separaciones en las que no es posible llegar a acuerdos de custodia compartida. También se producen numerosas denuncias por casos de violencia sexista y, en ocasiones, los pequeños solo pueden estar con su padre en los puntos de encuentro.

El desplazamiento a Santiago resulta inasumible para muchos de los afectados por el trastorno y el gasto que implica.