La flota del palangre resiste faenando en aguas de Mauritania y el Pacífico

j.m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

MARCOS CREO

Las capturas de palometa negra y pez espada concentran su actividad

14 feb 2019 . Actualizado a las 13:05 h.

La actividad pesquera de Ribeira continúa siendo el principal motor económico de la capital de Barbanza. Muchos armadores supieron navegar con los tiempos y buscaron salidas alternativas a la crisis que llevó a algún sector al borde de la desaparición. El palangre fue uno de esos colectivos que pasó de épocas de esplendor, con más de ochenta unidades hace unos veinte años amarrados a puerto, a quedarse en la mínima expresión. El presidente de la asociación de palangreros de Santa Uxía, José Antonio González Lijó, comentó que solo quedan 12 barcos y que se mantienen porque han buscado aguas más profundas y lejanas donde poder llenar sus bodegas y subsistir. En concreto, el grueso de esta flota con base en la dársena ribeirense está faenando en los caladeros de Mauritania y el Pacífico.

Marruecos era el destino de la práctica totalidad de las embarcaciones que se dedican a pescar con anzuelo. Daban trabajo a cientos de marineros. Los problemas en el banco canario-sahariano con la extinción de convenios de pesca entre Bruselas y el país africano provocaron casi el desmantelamiento de este sector que tuvo que abandonar esas aguas y buscar otras alternativas. Algunos armadores todavía siguen y mantienen a flote un puñado de unidades aguantando a un colectivo que fue de los más importantes de Ribeira y que todavía se resiste a morir.

La situación no pinta nada bien para el grupo, según explicó José Antonio Lijó. En la actualidad cuatro barcos se dedican a la pesca de pez espada en aguas del Pacífico. Alijan sus capturas en puertos de Perú y Canadá desde donde las trasladan congeladas en contenedores a la lonja viguesa para su posterior venta.

Subasta en Vigo

Las capturas que hace la flota en Mauritania también tienen su punto de destino el muelle de O Berbés, después de tres largos días de viaje en camión desde el puerto de origen, cruzando parte de África y toda la península. Los palangreros capturan palometa negra, una especie que no es muy atractiva para el consumidor por lo que desde la agrupación de armadores del palangre insisten en la necesidad de hacer campañas para promocionar este tipo de pescado.

Los propietarios de estas embarcaciones están bastante preocupados porque a finales de año expira el convenio entre las autoridades mauritanas y la Unión Europea en sus aguas. Existe cierta incertidumbre entre el colectivo pues teme que tengan que dejar las costas de este país africano si no se llega a un acuerdo positivo entre las partes implicadas.

La flota palangrera de Ribeira también cuenta con dos barcos más pequeños que faenan en la plataforma del Cantábrico-Noroeste. Sin embargo, la situación de estas unidades es poco esperanzadora. Su actividad es la pesca de merluza del pincho, pero el año pasado la Unión Europea le restringió su captura a diez toneladas anuales, una cantidad insuficiente para mantenerse a flote, según dicen. Una de estas embarcaciones, el JJ Gas, ya echó la estacha en tierra y su armador ya lo ha puesto a la venta.