Miguel Ángel Vidal: La gestación de un puerto universal

Sergio Romero / A.G.

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Una exposición permite ver la evolución del término entre los años 1800 y 1906

19 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ribeira tiene el puerto de bajura más importante de España y el tercero de Europa. Su actividad constituye un negocio a nivel mundial alimentado por las fértiles aguas de la ría de Arousa, pero hubo un tiempo en el que apenas eran explotadas para el subsistir de los habitantes de la zona. Para arrojar luz sobre su historia, Miguel Ángel Vidal, arqueólogo y coordinador de los museos de Ribeira, y Juan Antonio Sobrido, encargado del archivo histórico municipal, han elaborado la exposición Ribeira: 100 anos de actividade portuaria. En la retrospectiva se detalla la transformación de la dársena entre los años 1800 y 1906.

Con el puerto como eje, sus impulsores reflejan el crecimiento de Ribeira durante el siglo XIX apoyándose en numerosos documentos históricos. Condicionados por el espacio del que disponían en el Museo Municipal de Ribeira, dividieron la exposición en cinco microhistorias: la conformación del muelle, la sanidad marítima, los naufragios, los fomentadores catalanes y, para terminar, la obtención del título de ciudad.

El primer aspecto en el que decidieron centrarse fue en el crecimiento del muelle. Con anterioridad al año 1800, Ribeira ya contaba con actividad en su costa, pero no distaba mucho de la del resto de municipios de la zona. En 1801, los marineros de la localidad, agrupados en el gremio del mar, dieron un paso al frente y costearon la primera remodelación portuaria.

Sin embargo, no fue hasta 1866 cuando se hizo la reforma más importante. Constituida ya como una potencia industrial, Ribeira dobló el tamaño de su puerto. «A partires de aí, comezaron a chegar barcos de Oporto, Cardiff, Brest... Marchaban cargados de lagosta, algo que agora pode resultar difícil de crer», cuenta Miguel Ángel Vidal, mientras señala la documentación sobre las entradas y salidas que puede verse en uno de los expositores de la muestra, que estará abierta hasta el 28 de julio en el museo ribeirense.

Sanidad y solidaridad

El crecimiento del puerto trajo consigo un aumento del tráfico y, consecuentemente, el peligro de la llegada de nuevas enfermedades. El miedo al cólera, al tifus o a la peste bubónica provocó que se incrementaran exponencialmente las precauciones. De hecho, ningún barco atracaba sin ser revisado con anterioridad: «Incluso o alcalde arrendou unha vivenda para poñer en corentena aos infectados. Calquera enfermidade podía desencadear nunha epidemia».

Otro de los riesgos de la actividad marítima eran los naufragios, un infortunio habitual durante la época. En este apartado, Miguel y Juan tratan de resaltar la solidaridad mostrada por la población ante estas catástrofes. «Cando unha familia se atopaba cunha calamidade deste tipo, os veciños intentaban axudala. Realizábanse unha serie de doazóns para que, ao menos economicamente, puideran paliar a perda. Era moi habitual que lles mercaran unha dorna para que puidesen seguir traballando».

Un fuerte impulso

Atraídos por la riqueza pesquera de la ría, comerciantes, empresarios y marineros catalanes se instalaron en el término en el año 1806. De su mano, vinieron importantes avances productivos, como la jábega o el prensado, y cambiaron el paisaje de la costa con sus factorías. Los Colomer, Soler o Ferrer no solo llegaron a conformar la élite económica, sino que también alcanzaron altos cargos políticos por toda la comarca.

El colofón a la exposición lo pone la obtención del título de ciudad, algo que no se esperaba: «En 1903, o alcalde solicitara o título de vila. En 1906, chegoulle o de cidade: foi unha sorpresa».

«Ribeira: 100 anos de actividade portuaria».

La exposición elaborada por Miguel Ángel Vidal y Juan Antonio Sobrido estará abierta al público del 22 de junio al 28 de julio en el Museo Municipal de Ribeira. Recoge todo lo ocurrido entre el año 1800 y el 1906, apoyando todo lo detallado en material histórico..