Bumerang, ¡el reencuentro!

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

RIBEIRA

05 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mayo del 2018. Allí estaba Alberto Carballo, natural de A Pobra, en un retorno de la Bumerang 30 años después, nacido en Facebook gracias a David Bello. Una reunión de rostros que abandonaron las arrugas del alma en la mesilla de noche y lucen tersos de despreocupación como cuando danzaban en el Cactus; hoy, sin cardados ni hombreras, repasan su historia. Alberto distingue, entre otros conocidos, a aquella chica de Ribeira de la que estaba enamorado: Marga.

La vaporosa nostalgia colectiva, la fuerza del brandi con anís y el Siete vidas de Antonio Flores lo envalentonan para acercarse. Todo fluye y Alberto, bajando la guardia, le dice: «Siempre te quise, Marga». Ella sonríe sin poder evitar que su nariz se levante imperceptiblemente revelando un «¿por qué no me lo dijiste entonces?». Él quería besarla, hundirse en ese amor adolescente que borra las cuentas pendientes. Esta era la oportunidad de sus vidas.

Estamos en la Bumerang, bailemos alrededor del fuego que el pirómano corazón prende en el pubis, deshagámonos a mordiscos como los animales heridos que somos… pero algo se rompe sin hacer ruido y un fuerte imán con nombre de rutina lo aleja de las pupilas magnéticas de Marga. «No puedo». Al llegar a casa dio un beso a su mujer y le preguntó a su hijo si había ganado el Madrid. Se metió en el baño, lloró blancas lágrimas pensando en Marga. Sacó la botella que esconde en la cisterna del retrete, llenó el vasito del colutorio con whisky y, con el reflejo del espejo del baño, brindó por las oportunidades perdidas, por las cuentas pendientes.