Las empresas también quieren Erasmus

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

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CARMELA QUEIJEIRO

Un total de 60 alumnos del centro integrado de formación profesional de Coroso han realizado prácticas en compañías extranjeras en los últimos seis años

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las empresas extranjeras ya sitúan en el mapa a Barbanza. De la comarca han salido muchos estudiantes de formación profesional dispuestos a dejar huella dentro del programa Erasmus +, que pretende crear relaciones sólidas con el mundo laboral a través del valor añadido que supone la internacionalización. Del centro integrado de Coroso hicieron la maleta con este objetivo 60 jóvenes desde el 2012. Está previsto que a lo largo de este año una decena cojan vuelos con destino a Finlandia, Italia, Portugal y Francia. Además, un grupo de profesores pondrá rumbo a Lituania para conocer un instituto para jóvenes con necesidades especiales.

Juan José González, el profesor encargado de coordinar los programas europeos, asegura que la experiencia es más que positiva, y que los chavales vuelven encantados por el trato recibido y todo lo aprendido durante sus prácticas en las empresas extranjeras: «Los resultados son tan buenos que el año pasado decidimos que se sumaran al proyecto los alumnos de la FP Básica. Portugal fue el destino de uno de ellos, y ahora un grupo se marchará a Francia».

Convenio de intercambio

El CIFP de Coroso fue también el lugar de encuentro para los jóvenes extranjeros que estuvieron trabajando en empresas de la comarca en los últimos meses.

La despedida se va acercando después de una experiencia enriquecedora a todos los niveles. En Galicia ya se beneficiaron de la iniciativa Erasmus + alrededor de 600 chavales.

Se han sentido como en su propia casa y, por eso, la despedida será amarga. Ayer tocaba hacer balance en el centro integrado de formación profesional de Coroso con la visita de los siete alumnos llegados de Finlandia y Francia, que trabajaron codo con codo con diferentes empresarios de la zona. Los jóvenes tuvieron la oportunidad de ampliar sus conocimientos en las compañías Talleres Miguel, Mm Náutica, Rivelsa, Productos Cárnicos García o López Soto, entre otras firmas.

Los finlandeses desempeñaron su actividad durante cinco semanas y los franceses a lo largo de tres, para lo que tuvieron que instalarse en varios pisos del centro de Ribeira.

Algunos de ellos se han animado a contar su experiencia. «Nos abrirá muchas puertas. He podido conocer de cerca la actividad de una sala de despiece en Oleiros y me ha llamado mucho la atención la cantidad de trabajo que se realiza con las manos, mucho más que en el país del que yo vengo», aseguró Akxeli, uno de los estudiantes finlandeses que participaron en este intercambio.

Comienzos complicados

Los comienzos de las prácticas no fueron fáciles para otra de las jóvenes extranjeras, Reetta, que recuerda que al principio tuvo que encargarse de enlatar pulpo en la fábrica López Soto, aunque con el paso del tiempo le fue cogiendo el tranquillo y acabó conociendo el día a día en el departamento de control de calidad. Por su parte, Naomi, que realizó su período de prácticas en Citova, asegura que repetiría: «Me llamó la atención la forma en la que se trabaja».

El idioma es otro de los aspectos que más interesa a los estudiantes que se animan a ampliar su formación en las empresas de la comarca. Por contra, uno de los motivos de queja más repetido tiene que ver con el mal tiempo y que no para de llover.