Mudanza en el laboratorio del hospital

Raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

El traslado de los equipos está a punto de comenzar, una vez que se ha liberado un almacén ubicado en la primera planta del centro asistencial de Oleiros

06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tenemos moratones en las piernas de chocarnos contra los aparatos». Así explicaba una de las trabajadoras del laboratorio del hospital los problemas de espacio que sufrían cada día. Las declaraciones las hizo a La Voz en el 2014, y las demandas para ampliar el servicio ya venían de atrás. Es por ello que la noticia del traslado del servicio llega como agua de mayo, si bien ya se ha pospuesto en una ocasión. Fuentes sanitarias consultadas aseguran que, en un principio, desde la dirección informaron de que la mudanza se llevaría a cabo en octubre, pero parece que será esta semana cuando al fin se materialice tras años de lucha.

Un almacén ubicado también en la primera planta del centro asistencial de Oleiros será el destino de las delicadas máquinas que se utilizan a diario en el laboratorio. Según las mismas fuentes, al existir un duplicado de cada una de ellas la previsión es que no se interrumpa la actividad del servicio, en el que el análisis de las muestras de sangre es solo una de sus tareas. Cabe recordar que la dirección del hospital ya había elaborado hace años un plan para satisfacer las demandas de los trabajadores y poner fin a los problemas que acarreaba la falta de espacio, si bien el proyecto cayó en el olvido, posponiéndose hasta la fecha.

Normativa contraincendios

Las instalaciones en las que se emplaza el laboratorio del centro asistencial barbanzano no cumplen la normativa de seguridad ni contraincendios. Es por ello que el traslado de los aparatos cobra tanta importancia. Es más, la mudanza al almacén siempre fue presentada por los trabajadores como una solución idónea para llevar a cabo su actividad sin contratiempos. El área sanitaria de Santiago -de la que forma parte el hospital- estrenó hace años una plataforma logística y una nave de Negreira comenzó a albergar el material que se envía a los centros de la zona.

Además del espacio, el calor también llegó a poner en peligro las máquinas. En varias ocasiones fue necesario colocar ventiladores delante de los aparatos para que no fallase el funcionamiento.