Los pilotos Iván Ares, José Pintor, Perfecto Calviño y Sandra García encabezaron una mesa redonda
20 abr 2017 . Actualizado a las 14:34 h.Y por segundo día consecutivo, el timbre del CIFP Coroso de Ribeira fue sustituido por los rugidos fabricados a base de gasolina en el marco de las Jornadas Técnicas de Competición del Motor que acoge este centro formativo para sus alumnos de automoción. Como el martes pasado, la cita se inició con la exposición de vehículos abierta al público que acoge el aparcamiento anexo, para dar lugar a la primera clase especializada que estuvo a cargo de Sandra López Castellón, integrante de la firma Rally Car, empresa que gestiona el equipo oficial Suzuki en el Campeonato de España.
Esta especialista abrió la jornada poniendo el foco en los elementos de seguridad que debe llevar un piloto que desee participar en cualquier disciplina del automovilismo, en base al reglamento. Entre ellos se encuentran desde el mono y los guantes hasta el calzado y la ropa interior. Durante su charla, los alumnos se interesaron por el hans, un protector cervical que se emplea en la Fórmula 1. Sin embargo, lo que más le llamó la atención a la audiencia fue el maniquí de pruebas con el que Sandra López ilustró esta clase.
La siguiente parada de este circuito educativo del CIFP Coroso volvió a sacar a los estudiantes de las instalaciones para seguir al piloto Martín Bello al exterior, donde mostró las entrañas de su Citroën para identificar las principales diferencias entre un coche de calle y uno de competición. Una vez más, el peso de las preguntas y las dudas del público recayó en la preparación de elementos como la suspensión o el motor.
Cuatro volantes
La tarde estuvo reservada a una visita muy especial, que se derivó en una mesa redonda formada por los pilotos Perfecto Calviño -cuenta en su haber con cinco títulos nacionales-, Iván Ares y su copiloto José Pintor -dos veces ganadores del Campeonato Gallego-, así como la piloto de autocrós y ralimix Sandra García.
Durante dos horas, los jóvenes del Coroso se empaparon de datos sobre la fabricación de componentes para vehículos competitivos y los gastos que conlleva prepararse para una carrera o toda una temporada. También salieron a colación divertidas anécdotas como la sucedida a Sandra García y al copiloto Suso Romero en su primer test de ralimix, ya que el segundo terminó de darle las notas del trazado un kilómetro antes de que finalizase el tramo. Pero los alumnos se sorprendieron más al saber que se trataba de un coche de 410 caballos, que porta dos motores de la moto Suzuki Hayabusa.
Hoy terminará la primera edición de estas pioneras jornadas, con varios talleres prácticos que estarán enfocados en el mundo del karting y la fabricación de componentes en fibra de carbono, una de las clases más esperadas tanto por el alumnado como por el profesorado por tratarse de una técnica que no trabajan en el centro.