«Estuve retenida en un aeropuerto»

Brais Capelán

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Compagina sus clases de Lengua con lecciones de español para inmigrantes sin recursos

04 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de María Dolores Rama Pico (Carballo, 1977) es una historia de idas y venidas que terminó con ella en Ribeira. Allí lleva diez años dando clases en el Instituto Número 1. «Me enamoré de un gaiteiro de aquí y tuve un hijo», así resume la carballesa el por qué decidió asentarse en Barbanza, pero lo cierto es que es una persona que siempre se ha implicado allá por donde ha ido.

Cuando terminó sus estudios de Filología Hispánica en Madrid decidió coger un avión y aterrizar en Míchigan (Estados Unidos). Allí se reunió en una particular colonia de Bergantiños formada por ella misma y la también carballesa Mercedes Tasende: «Fue ella quien me animó a dar clases de español en la Western Michigan University. Mientras impartía, también estudiaba un máster de Literatura Hispanoamericana», recuerda María.

Dos años permaneció en América, pero el corazón la trajo de nuevo a Galicia: «Mi cultura y mi estilo de vida están aquí. Sabía que podía quedarme y hacer carrera en Míchigan, pero no quería pasar allí toda mi vida». De hecho, antes de poner fin a su periplo por Norteamérica, María Rama pasó seis meses en México. «Fui a acabar el máster. Como los trámites eran lentos, se podría decir que entré ilegalmente en el país y daba clases de forma irregular», comenta. Llegó a ser amenazada con la deportación a su vuelta a Estados Unidos: «Estuve cinco horas retenida en un aeropuerto. Hoy en día, todavía sería peor».

Estudiar y trabajar

De vuelta en casa, ella quería seguir estudiando, pero su madre le aconsejó que buscase también un trabajo. «Estaba algo desorientada en aquella época. Preparé las oposiciones para la Educación Secundaria y, mientras, trabajaba dando clases de español a inmigrantes y gente con poca formación en una oenegé coruñesa», recuerda esta bergantiñana afincada en Ribeira. De una forma u otra, siempre ha acabado enseñando español, pues no sería la última vez que lo hiciese.

Tras un breve período de tiempo como docente en Cambre, María Rama consiguió una plaza fija en Ribeira como profesora de Lengua y Literatura en el Instituto Número 1. De nuevo, la dirección del centro le propuso dar clases de español a extranjeros: «Aquí hay mucha inmigración por la pesca y el objetivo principal de estas clases es que se integren en la comunidad. Es muy diferente a dar clases a universitarios, esta gente tiene una necesidad de trabajar y asentarse».

Activista social

Además, María Rama formó parte de la Asamblea en Defensa do Ensino Público de Ribeira. «Me gusta involucrarme en la comunidad. Formar parte de ella. El sistema educativo no está viviendo una buena época y decidimos formar este colectivo de forma independiente», señala.

Todo cambió hace tres años. Nació su hijo, «ribeirense de nacimiento, pero carballés de corazón», dice. Las prioridades también se invirtieron: «El bebé pasó a ser el centro de mi vida. Te acaba quitando mucho tiempo y tuve que dejar la asamblea y centrarme en él». Ahora, su hijo es su nuevo alumno aventajado y al que dedicar toda su atención.