Dígale «por favor» y «gracias» al doctor y al camarero, especialmente al último. Si es usted una señora mayor no aproveche el parecer desvalida para colarse en el súper. Si es usted joven sea amable con cualquier señora mayor, incluso con la que se cuela. Si tiene perro recoja sus deposiciones. Disfrute de la música sin batir un récord de decibelios con su coche. Si lleva paraguas procure no embestir con él y deje las cornisas para el que no lo lleva.
Aunque esté en la tómbola del jamón no tire los papeles. En el cine no es necesario que pregunte en alto lo que no entienda, seguramente sea contestado al final de la película. Piense que, a lo mejor, no tiene razón en lo que piensa. No haga ruido al comer. Déjele propina al que sea amable. Dígale a su mujer lo bien que le queda el peinado o a su marido que no le importa que se esté quedando calvo. No se cabree por tonterías. Quiera a sus padres. Sea un ejemplo para sus hijos. Recupere la pasión. Tenga un hobby. Recuerde algún cumplido que le hicieron y olvide los insultos que recibió. Tómese menos en serio a usted mismo.
No orine en la calle, no derrape, no flipe, no escupa, no grite, no juzgue, no envidie, no hable mal de otra persona, no abuse. Recicle, sonría, perdone, salude, lea, quiera, reflexione, cante, invite, juegue, abrace, madrugue. Imagine miles de diminutos actos benévolos formando un invisible río de cambio que inunde de amabilidad nuestro pueblo. Imagine que frenamos un poco la deshumanización expandiendo nuestra dimensión espiritual con buenas acciones. Cambie usted y cambiemos Ribeira.