El tarro más dulce que surgió de un cúmulo de infortunios

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

cedida

La subida de los precios por la guerra de Ucrania llevó a una vecina de Rianxo y a su pareja a cerrar su pastelería y apostar por tartas en vaso que están arrasando

15 jun 2023 . Actualizado a las 21:08 h.

A los dos protagonistas de esta historia los reveses que les ha dado la vida siempre les han permitido sacar un lado dulce, y más ahora, que sus tartas en vaso se han convertido en el postre preferido de muchos, y solo el mes pasado despacharon más de 12.000 para restaurantes de toda España. Aunque nació en San Sebastián, Alazne Aguirre se ha pasado media vida yendo y viniendo entre la ciudad vasca y Rianxo, donde vivió durante ocho años y llegó a regentar junto con sus padres el bar Castelao.

Cuando decidieron dejar el local hostelero rianxeiro, ella hizo las maletas para viajar al País Vasco, donde le había surgido «un puesto muy bueno de peluquera». Fue a través de las redes sociales como conoció a su pareja, Aritz Liste, que al igual que ella había estado 16 años viviendo en Galicia, pero justo en ese momento estaba trabajando en tierras vascas. No tardaron en empaquetar sus cosas y en seis meses se volvieron para esta esquina del Atlántico. «La verdad es que dudábamos entre irnos a vivir a Rianxo, donde tengo casa, o a Cangas, pero finalmente pensamos que allí estábamos más cerca de Vigo y había más posibilidades de empleo». Ella lo consiguió en una peluquería y él como pastelero, pero, justo cuando se decidieron a ampliar la familia, sus respectivos jefes les comunicaron que prescindían de sus servicios.

El panorama no era muy alentador, los dos en paro y con un bebé en camino, pero fue entonces cuando optaron por jugar todas las cartas a una mano y en junio del 2018 abrieron Los Pasteles de Aritz, que fue creciendo poco a poco y sumando clientes. Cuando llevaban tres años con el negocio en marcha, la casualidad volvió a cruzarse en sus vidas y surgió la posibilidad de ampliar su oferta de productos. «Le pedí a una empleada que pusiera 750 mililitros de nata para hacer una de las recetas, pero ella se equivocó y añadió siete litros y medio. Había tartas de tres chocolates para alimentar a todo Barbanza», recuerda Alazne Aguirre, que para no perder los dulces, decidió venderlos en tarritos y cobrar 5 euros por cada tres.

 Cambio de recipiente

La idea fue todo un éxito y los hosteleros comenzaron a llamar a su puerta para ofrecer en sus menús estas tartas caseras en vaso, un recipiente que al principio era de plástico, pero debido a la gran demanda, decidieron cambiar por otro de cristal y etiquetar con el nombre de Alicia's Cake en honor a su hija.

«Todo subió y era inviable. Hicimos cuentas, pasamos el verano como pudimos, y luego decidimos dedicarnos solo a Alicia's Cakes porque los ingredientes son más asequibles y no necesitamos tanta luz»

Cuando toda parecía que empezaba a encauzarse, llegó la guerra de Ucrania. La subida disparatada del precio de los alimentos y de la electricidad les obligó a tomar una decisión drástica: cerrar la pastelería. «La luz se disparó, nuestras facturas se triplicaron; la harina duplicó su precio, el azúcar, la sal... Todo subió y era inviable. Hicimos cuentas, pasamos el verano como pudimos, y luego decidimos dedicarnos solo a Alicia's Cakes porque los ingredientes son más asequibles y no necesitamos tanta luz».

Este mes acaban de vender algo más de 12.000 tarros, tienen distribuidores en Galicia, Valencia y otros puntos de España, «y nos quieren para bodas, para cáterings y no paramos de crecer». El secreto de su éxito está en que son postres semifríos cremosos. «Todo el mundo se sorprende al probarlos porque tienen una textura de yogur griego pero saben a tarta. No es una mousse ni una tarta dura, se deshace en la boca y es muy suave», describe Alazne Aguirre. De bombón, de praliné, de galleta, tarta de la abuela, turrón de almendra, tres chocolates, cremoso de queso, tiramisú, de limón, de fresa o de frutos rojos, e incluso uno vegano son algunas de las opciones que tiene para elegir Alicia's Cake.

 Ahora que llega el verano se han disparado los pedidos, porque «yo siempre les digo a los restaurantes: ‘Dedicaros a preparar las comidas ricas que hacéis, que del postre nos encargamos nosotros'. Es un trabajo laborioso que quita mucho tiempo, y con los nuestros se llevan una tarta riquísima elaborada artesanalmente».