El conjunto rojillo vuelve a Preferente con una plantilla mayoritariamente rianxeira
09 feb 2023 . Actualizado a las 20:42 h.Quedaban poco menos de diez minutos de partido. Cristian se dirigió a la esquina del terreno de juego del campo de Vilas. El futbolista del Unión de Asados colgó el balón al área del Negreira. Entre el barullo de jugadores, Isma cabeceó el esférico y su remate se estrelló contra el poste. El rechace fue a parar a los pies de Jorge y el resto es conocido.
El gol del defensor del conjunto rianxeiro pasa directo a los anales de la historia del Unión. El equipo remontaba así dos tantos y conseguía el ascenso a Preferente. «El gol lo marca Vilas», afirma Cristian, que no vio a su compañero empujar el esférico, solo a los futbolistas correr y a varios aficionados entrar eufóricos al césped. «Saltó todo el mundo al campo, la gente estuvo impresionante y los jugadores se volvieron locos», relata José Luis González, el técnico del conjunto. A más de noventa metros, en la otra portería, el guardameta Eloy celebra el tanto. Solo él sabe lo que significa jugar en Preferente con el Unión y, 11 años después, volverá a hacerlo. «Tenía esa espina clavada», añade el capitán.
Los de Asados no se marcaron, ni mucho menos, el objetivo del ascenso a principio del curso. «El club venía de un año difícil, me llamaron y lo que querían era salvarse», recuerda José Luis. El equipo había pasado apuros para mantener la categoría y comenzaba el año con varias bajas. Los recambios se basaron en promociones desde la cantera y jugadores de la zona con pasado en la entidad. «Excepto dos o tres futbolistas, todos somos de por aquí», afirma Cristian.
Un cambio de estilo
José Luis González modificó la idea de juego. El equipo trataba de salir con el balón controlado y en pretemporada comprobó que esa estrategia sacaba a relucir las carencias de la plantilla. «Cambiamos. Pasamos a ser más intensos y a trabajar más en defensa». El conjunto quería ser una roca.
El Unión empezó a carburar desde el inicio con cinco victorias sin encajar ningún gol. Entonces, llegó la primera derrota ante el Cidade de Ribeira, en A Fieiteira y, después, varios partidos sin triunfos. El equipo volvió a ganar, por fin, con remontada incluida en Lalín. «Allí recuperamos la confianza», afirma el técnico de los rianxeiros. La actitud de los jugadores ayudó en los momentos malos. «Había que ir con el entrenador a muerte», apunta Cristian. El conjunto de Asados finalizó la liga como líder de su grupo y llegó con opciones al último partido de la fase final.
Todos coinciden en que la primera mitad contra el Negreira fue calamitosa. «Estaban atenazados», afirma José Luis. «Una debacle», añade Eloy. Una parada del portero y capitán evitó el tercer tanto visitante que habría sido la sentencia definitiva. «Aguanté hasta el final y la paré», recuerda. En la segunda mitad, Andrés, uno de los retornados, abrió la lata con un sensacional falta. «Ese gol nos cambió la dinámica», señala José Luis. Isma fue uno de los juveniles que promocionaron al primer equipo. Él tuvo el temple suficiente para anotar el segundo en un mano a mano con el portero rival. A los diez minutos, llegó el gol de Jorge, la invasión de campo y la fiesta. Aun quedó un tiempo añadido «que se hizo eterno», recuerda Eloy.
El Unión volverá, por tercera vez en sus 53 años de historia, a Preferente. Un hito que llena de orgullo a toda la parroquia. Y es que, un ascenso, con los tuyos, siempre sabe mejor.