Un capitán de pesca de A Pobra que pone el pie en tierra para crear una empresa artesanal y sostenible

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

Pablo Fernández Piñeiro
Pablo Fernández Piñeiro CARMELA QUEIJEIRO

El emprendedor construye en el polígono de Rianxo una nave destinada a congelar productos de flotas de la comarca

21 may 2021 . Actualizado a las 04:52 h.

Además de poner en valor las capturas de la pesca artesanal, Pablo Fernández Piñeiro también apuesta por la sostenibilidad y, conjugando ambos elementos, sigue paso a paso la obra de lo que representa un cambio radical en su vida: la construcción de su propia empresa.

Este capitán de pesca pobrense de 39 años, que durante más de una década faenó en las Malvinas y que anteriormente tuvo una embarcación de artes menores, ha decidido poner el pie en tierra para fundar Frigoríficos Mar da Pobra. Explica que no se trata de una compañía al uso, sino de un proyecto que busca potenciar la riqueza de las aguas gallegas «dunha maneira tran respectuosa para as persoas como para o medio ambiente e ofrecer unha alternativa inexistente a día de hoxe».

En una parcela de 1.125 metros cuadrados está levantando una nave de 586 que contará con seis cámaras frigoríficas, una sala de elaboración y una oficina. Su puesta en marcha, prevista para finales de año, supondrá la creación de cinco empleos, pero Pablo Fernández confía en poder incrementar pronto el número de trabajadores. 

Economía circular

Frigoríficos Mar da Pobra estará dedicada a la transformación de las capturas del día de la pesca local en productos ultracongelados. Todo el proceso se hará de forma manual. Sus puntos de aprovisionamiento, comenta Pablo Fernández, serán las lonjas de Ribeira, Rianxo y Catoira, aunque sin renunciar a ninguna.

Si algo caracteriza a esta nueva iniciativa empresarial es el hecho de que, subraya su promotor, «lévase a cabo nun marco de desenvolvemento industrial sustentable e de economía circular real».

«É unha empresa innovadora na que estou investindo capital persoal que me custou unha vida gañar»

Así, cada una de las cámaras frigoríficas es un contenedor marítimo reciclado y adecuado para su nueva finalidad. De igual manera, Pablo Fernández recalca que los productos salidos de Frigoríficos Mar da Pobra estarán libres de plásticos porque se envasarán en bandejas realizadas con fibra de pino procedentes de bosques certificados: «Serven para conxelar a menos 40 graos e para enfornar a máis de 200». Además, serán compostables.

En esta preocupación por la sostenibilidad, este capitán de pesca convertido en empresario también ha pensado en el suministro energético, que vendrá de una instalación fotovoltaica procedente de 190 módulos.

Afirma que tal y como está concebido su proyecto, se evitará la emisión de 33,5 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera.

Aunque todavía faltan varios meses antes de que esta planta destinada a ultracongelar productos del mar esté lista, Pablo Fernández tiene claro ya con qué artículos iniciará su andadura. Será con merluza, pulpo, chopo troceado y con un surtido de chopo, mejillón y berberecho para añadir a las paellas.

Además, procesará la volandeira con media concha, un producto por el que, afirma, ya se han interesado restaurantes.

Y es que también en la comercialización ha comenzado a trabajar ya el empresario. Explica que la compañía no tendrá grandes producciones, sino que el propósito es colocar la mercancía en pequeños establecimientos. Con algunos de ellos ya ha comenzado a establecer contactos: «Colocaremos un expositor cos nosos artigos».

Otro aspecto es la versatilidad de las instalaciones que está construyendo: «Podemos facer pedidos de 300 gramos e ata de dous quilos».

Los cimientos de la futura nave que ya se está levantando son el resultado de una idea madurada durante un largo tiempo. Sabe que constituye un riesgo: «É unha empresa innovadora na que estou investindo capital persoal que me custou unha vida gañar. Hai que facer algo, non podes quedar de brazos cruzados».