La última batalla de Milagros Coto Matalobos, una mujer ejemplo de fortaleza nacida en A Estrada que hizo de Rianxo su segunda casa

RIANXO

Milagros Manuela Coto, con su marido, Manuel Rolando Fernández, fallecido hace un año, en una imagen tomada en el 2019
Milagros Manuela Coto, con su marido, Manuel Rolando Fernández, fallecido hace un año, en una imagen tomada en el 2019

La madre del arquitecto Carlos Fernández falleció a los 83 años

26 abr 2021 . Actualizado a las 22:45 h.

Transcurrido un año del fallecimiento de su padre a causa del covid, Manuel Rolando Fernández (el 17 de abril del 2020), el arquitecto del Concello de Rianxo, presidente de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego, y vicepresidente de la Federación de Alfombristas de GaliciaCarlos Fernández Coto, volvía este domingo a recibir un duro golpe personal al perder a su madre, Milagros Manuela Coto Matalobos, incapaz de ganar la batalla contra un cáncer de la que fue diagnosticada hace un mes.

Con 83 años, esta mujer nacida en A Estrada que, junto a su esposo, convirtió Rianxo en su localidad adoptiva, aprendió a luchar desde muy joven. Huérfana de madre con solo 1 año, a los 15 comenzó a trabajar en Calzados Enrique Coto, el comercio que en 1927 había fundado su padre tras regresar de Cuba.

Una vez casada, ella y su marido continuaron al frente del negocio incrementando su actividad y el número de empleados, hasta el punto de convertirlo en un establecimiento de referencia en la provincia. Los clientes podían encontrar en la tienda todo tipo de artículos, como si se tratase de un centro comercial a pequeña escala.

Dedicada a su negocio por completo estuvo Milagros Coto hasta su jubilación, a los 67 años. Fue a partir de entonces cuando junto a su marido tuvo la oportunidad de dedicar más tiempo a viajar, una de sus grandes pasiones. Precisamente, la pareja hubiera cumplido hoy 61 años de casados.

La cocina era otra de las actividades a las que esta mujer vitalista y con empuje dedicaba buena parte de su tiempo libre. Le gustaba experimentar y avanzar en la elaboración de platos cada vez más complicados.

Dedicada a su familia, también participaba en actividades sociales. En A Estrada, ella y Manuel Rolando Fernández eran socios de la entidad Recreo Cultural y, en Rianxo, del Liceo Marítimo.

Su vinculación con Rianxo vino dada por el trabajo de su único hijo, Carlos Fernández Coto. En la villa adquirió la pareja una casa a la que acudían con frecuencia para estar también con su nieto, Mateo Fernández. El joven, que estudia en Estados Unidos, pudo regresar para despedir a su abuela. Coto está muy vinculado a la Costa da Morte por su conocimiento de los numerosos elementos etnográficos y patrimoniales. Además, escribe todos los martes una columna sobre esos temas en la Edición de Barbanza y en la de Carballo, y hace diez días participó en el Foro Voz dedicado a los hórreos, aspecto en el que es un especialista.