«Queremos que en el kilómetro cero del termalismo quede una obra digna»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

RIANXO

Santi M. Amil

Accesibilidad, párking, distribución de espacios y rianxo siguen sin definirse

04 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a las dificultades y los retrasos, las obras de rehabilitación integral del edificio de la Plaza de Abastos Número Uno de la capital ourensana avanzan. Y a los placeros -instalados provisionalmente en la Alameda- les preocupa que aquello se termine y sean cuatro paredes y poco más. Piden soluciones para la distribución de espacios en el interior del inmueble, para la accesibilidad, para la integración del párking y para la reubicación del rianxo.

Recientemente promovieron una reunión con todos los grupos políticos, pero el gobierno municipal de Democracia Ourensana no asistió. El alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, advirtió que no dejaría que le marcasen el paso y dijo que seguirá su propia línea de actuación con este proyecto. «Se equivocaron de quién es el alcalde, en ningún caso nos pueden marcar ellos la agenda ni las soluciones», remarcó. En sus manos queda el futuro del inmueble.

párking

Un proyecto «aparcado». El regidor no ha precisado aún cuáles son sus planes para facilitar el aparcamiento en el entorno de la Plaza de Abastos, una de las principales reivindicaciones de los placeros. «Hay un proyecto que lleva pegado en las paredes de la Concejalía de Comercio mucho tiempo, que es la integración del párking», recuerda el presidente de la asociación de comerciantes de este espacio, Emilio González.

Este asunto se trató al inicio del mandato en reuniones con Miguel Caride, concejal de Infraestructuras, y María del Mar Fernández Dibuja, responsable de Comercio, pero ninguno de los dos sigue en el gobierno y el asunto quedó aparcado.

accesibilidad

Una pasarela. «Aquí lo importante, a parte de los placeros, son los ciudadanos de Ourense y sus comodidades. Y lo que nos demandan es que haya un párking cómodo y accesibilidad», proclama Emilio González. Sobre este último aspecto, la propuesta de la asociación que preside es la construcción de una pasarela desde el puente Murallón, en la calle Progreso, para conectar con un lateral de la Plaza de Abastos.

Esa es su idea, pero los placeros aceptarían cualquier otra solución que facilite el acceso de los clientes. «Los ourensanos demandan no quieren volver a bajar la cuesta, subir las escaleras, etcétera, etcétera. Quieren que se solucionen los problemas de accesibilidad», dice González.

rianxo y urbanización

Sin noticias. La reforma del rianxo se tendrá que acometer tarde o temprano y debería planificarse antes de terminar la rehabilitación del edificio de la Plaza de Abastos. «No pretenderán que los placeros nos traslademos allí cuando es necesario hacer una obra tan importante como la integración del párking y la reforma del rianxo», dice Emilio González, que advierte que esa situación implicaría «fundir en un futuro a la Plaza de Abastos».

Además, el presidente de la asociación recuerda que la rehabilitación del inmueble no prevé la urbanización del entorno. Tampoco está claro qué se hará con el sótano, donde antes había un lavadero y donde Jácome propuso la ejecución de una piscina termal. De ese proyecto, sin embargo, no se ha vuelto a saber nada.

modelo comercial

Distribución de espacios. Los placeros desconocen qué modelo comercial se aplicará en el futuro en la Plaza de Abastos. Tras la reforma, los espacios quedarán «totalmente diáfanos» y hay que planificar dónde y cómo se ubican los puestos.

Emilio González resume así la situación que, en general, se plantea para la reforma de este inmueble en el futuro: «Es la obra más importante que ahora mismo se está haciendo en la ciudad y lo único que queremos es que se lleve a buen fin. Simplemente queremos que en el kilómetro cero del termalismo quede una obra digna».

El Gobierno se ofreció a salvar la subvención pero el ejecutivo de Jácome no hizo propuestas

La rehabilitación integral de la Plaza de Abastos Número Uno de la capital ourensana es un proyecto que ha sufrido numerosas vicisitudes. Con 5,4 millones de euros de presupuesto, el Ministerio de Fomento comprometió en el año 2015 una subvención del programa del 1,5 % cultural de 3,5 millones repartida en dos anualidades. La primera fue abonada en enero del año 2016 pero las obras no comenzaron hasta el año 2020, tras la concesión de varias prórrogas. A ese retraso se sumó el que provocó el coronavirus y la presencia de okupas, con los problemas que supuso ejecutar su desalojo en pleno estado de alarma, con la actividad judicial paralizada.

En este contexto, Fomento informó de que ya no cabían más prórrogas. El 7 de octubre del 2020 se celebró una reunión por videoconferencia sobre ello y, según figura en un informe de la Subdirección General de Arquitectura y Edificación, el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, quedo en estudiar soluciones alternativas «y, en el plazo de una semana, nos convocaría de nuevo para exponerlas». Sin embargo, pasaron cuatro meses sin recibir noticias y Fomento remitió una propuesta de liquidación que reclama al Concello el abono de 1,4 millones de euros, el importe completo de la primera anualidad más los intereses de demora.

El BNG, preocupado

Tras tener acceso a la documentación sobre este asunto, el BNG considera «inexplicable que desde o 11 de xaneiro do 2016 en que había ingresado no banco máis dun millón de euros por parte do Ministerio, cinco anos despois xustificárase cero euros». Así lo dice la concejala Rhut Reza, que reclama al gobierno municipal una comisión de seguimiento para agilizar las obras y evitar perder más dinero.