«Estamos traballando, pero co freo de man botado porque non sabes cando vai acabar»

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

MARCOS CREO

Óscar Lorenzo es el propietario de uno de los negocios de la pandemia, que cumplen un año marcado por las restricciones

01 mar 2021 . Actualizado a las 20:56 h.

Hace un año, muchos proyectos empresariales que iniciaban su andadura con toda la ilusión del mundo acabaron por traer bajo el brazo un estado de alarma que llevó al cierre de negocios y al confinamiento domiciliario durante semanas. Esas nuevas propuestas acabadas de nacer cuando el coronavirus irrumpió bruscamente en nuestras vidas cumplen ahora un año, y entre ellas está la barbería LG, que Óscar Lorenzo abrió en Rianxo días antes de que la pandemia paralizase a todo el país.

Estos doce meses han estado marcados por cierres, desescaladas y restricciones que han dificultado el ya se por sí difícil primer año para cualquier negocio. «Particularmente, e vendo como o están a pasar outros sectores, non nos podemos queixar, nós puidemos traballar. O peor de todo é a incerteza», explica Óscar Lorenzo, que asegura vivir con el corazón en un puño cada cambio en las medidas decretadas por las autoridades para tratar de contener la pandemia: «Este ano foi duro, sobre todo cando nos pecharon, coas medidas que había que cumprir cando nos reincorporamos, nas últimas semanas coas novas restricións non estaba claro se podiamos abrir, en que horario... Estamos sempre agardando polo DOG e encima moitas veces está aberto a interpretacións, cada vez que hai cambios é un caos».

Todo esto provoca inseguridad: «Estamos traballando, pero co freo de man botado porque non sabes cando vai acabar isto». En cuanto a la clientela, en su negocio también se nota que la vida social ha estado interrumpida, y que grandes eventos como las bodas siguen sin arrancar. Con todo, «a xente non vén tanto coma antes, pero tarde ou cedo teñen que volver». Sobre si el miedo frena a los clientes, apunta que en determinados momentos sí se ha notado: «Os primeiros meses si había máis temor, e en decembro co pico que houbo de casos tamén se notou máis preocupación, pero en xeral levámolo con tranquilidade. Nós pola nosa parte traballamos para evitar situacións de risco e polo momento non tivemos ningún positivo entre os nosos clientes».

Con confianza

En vista de lo complicado que ha resultado el último año a consecuencia de la pandemia, cabe preguntarse si Óscar Lorenzo se habrá arrepentido de haber puesto en marcha su proyecto empresarial en Rianxo en marzo del año pasado. La respuesta es tajante: «Non. Está claro que non é o mellor momento para emprender, desde logo, pero está feito e agora hai que tirar para diante, hai que pelexar, non podemos rendernos».

Al igual que la mayoría de la ciudadanía, Lorenzo también tiene ganas de recuperar la antigua normalidad, y muchas esperanzas en que las vacunas contribuyan a conseguirlo más pronto que tarde: «O que nos queda é aferrarnos ás vacinas e esperar que volvamos á normalidade o antes posible. Antes ou despois sairemos disto, estou convencido. Hai que confiar».