Un supermercado prohíbe la entrada a personas sin mascarilla aunque tengan justificante

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

CARMELA QUEIJEIRO

La medida se aplica en tiendas de Rianxo, Vilagarcía y O Grove, donde regalan pantallas a quienes no lleven tapabocas

17 feb 2021 . Actualizado a las 10:56 h.

Puede ser polémica, pero la instrucción es clara: «No se permite la entrada a ninguna persona que venga con certificado médico (sea del Sergas o no) diciendo que está exenta de usar mascarilla. Solo se permitirá la entrada si viene con alguna otra medida de prevención». Con este anuncio, los supermercados Mercamás de Rianxo, Vilagarcía y O Grove ponían coto el lunes al acceso a compradores sin el correspondiente tapabocas o elemento similar, una decisión que el responsable de las tiendas, Anxo Cristobo, justificaba aludiendo a la seguridad de trabajadores y clientes.

«Que haya personas que vayan a hacer la compra sin protección es un riesgo para los empleados, para los demás clientes y para ellos mismos, que precisamente son personas de riesgo, por eso hemos tomado esta decisión, porque la gente está cansada de exponerse a contagiarse porque otras personas no lleven mascarilla», apunta Cristobo, que matiza que hay otras opciones para quienes no pueden llevar tapabocas por razones médicas: «No impedimos la entrada si esas personas traen otro elemento de protección, y si no lo tienen nosotros les regalamos una pantalla para minimizar el riesgo de contagio».

Cristobo era consciente de que esta decisión podía suscitar polémica, sin embargo, apunta que lo que está recibiendo son valoraciones positivas a una medida que, insiste, busca la seguridad de trabajadores y clientes. «En mi opinión hay un fallo de base en la norma a nivel estatal, y quienes firman esos certificados deberían dar a los afectados una alternativa a las mascarillas para que ellos mismos estén menos expuestos», apunta.

Otras alternativas

En sus establecimientos entregan pantallas a quienes no puedan usar mascarilla y no tengan ningún otro elemento de protección, pero hay otras alternativas, señala, como realizar la compra por teléfono, WhatsApp, en la web o bien pidiéndole a otra persona que acuda a los establecimientos en su lugar. De hecho, tienen servicio de entrega a domicilio.

Sobre por qué es ahora cuando se decidió a tomar esta medida si hace meses que el uso de la mascarilla es obligatorio salvo contadas excepciones, el empresario indica que hay cierto hartazgo: «Hay gente que está enferma y que se indigna cuando ve a alguien sin mascarilla porque se siente insegura y teme contagiarse, y los trabajadores, que llevan desde el principio en primera línea, también se quejan de tener que exponerse al virus».

Antes de que lo hicieran las grandes cadenas, en las tiendas que dirige Cristobo ya se instalaron pantallas en las cajas como medida de protección de los trabajadores y se exigía el uso de gel y guantes; y también aplicó la rebaja del IVA en las mascarillas quirúrgicas antes que el Gobierno. Ahora, dice, mantiene esta línea de apuesta por la seguridad: «El pequeño comercio es tan competitivo o más que las grandes áreas y nosotros, por ejemplo, tenemos las FFP2 más baratas que nadie».

Un sector que reclama que se le tenga en cuenta en los planes de vacunación

Al margen de las medidas adoptadas en sus supermercados, Anxo Cristobo plantea otra cuestión que ya está sobre la mesa en otras comunidades autónomas, como Asturias y Castilla y León. Y es que se tenga en cuenta y se priorice al sector de la alimentación, como actividad esencial que es, en los planes de vacunación: «Está claro que hay que vacunar a otros colectivos antes, pero que no se olviden de los trabajadores de los supermercados o de los transportistas, que estuvimos al pie del cañón desde el primer momento de la pandemia». Esta reivindicación la planteó ya el grupo parlamentario de Podemos en Asturias, señalando el elevado riesgo de contagio de estos profesionales y su exposición al virus, y también la Asociación de Supermercados de Castilla y León ha reclamado que se priorice a sus empleados en el proceso de inmunización.