Rianxo llora la muerte de Francisco Sieira, un trabajador del Concello que se ganó el cariño de compañeros y vecinos

Un hombre querido por todos, muy entrañable y con un gran don de gentes que le llevó a ganarse la simpatía y el cariño de los vecinos de Rianxo. Esa es la descripción que hacen de Francisco Sieira sus conocidos. Sus seres queridos, amistades y compañeros de trabajo lo echarán en falta, igual que los residentes del municipio rianxeiro a los que atendía diariamente.

Natural de Boiro, estuvo gran parte de su vida vinculado al servicio público. Trabajó en los servicios de recaudación de varios ayuntamientos de la comarca, como Ribeira o Boiro, y llevaba 17 años vinculado al Concello de Rianxo como auxiliar administrativo. Su oficio no solo se reducía a cobrar tributos o a llevar temas del catastro, sino que también informaba a los vecinos del municipio y atendía sus solicitudes con maestría. «Tiña un gran don de xentes e unha gran facilidade para conectar cos demais. Case que era considerado como fillo adoptivo da vila. Era moi coñecido, saía á rúa e falaba con todo o mundo», recuerdan sus compañeros de trabajo.

Una enfermedad apartó a Francisco de sus funciones en el Concello, aunque nunca perdió las ganas de realizar su trabajo. «Era moi comprometido co seu cometido, dialogante, colaborador e moi didáctico cos veciños. Sempre sabía como axudalos. Estamos moi tristes e acompañamos á súa familia na súa dor», manifestó el alcalde de Rianxo, Adolfo Muíños.

Esta mañana se celebrará el funeral en la parroquia de Santa Baia de Boiro y posteriormente se procederá a su incineración en el municipio que lo consideraba uno más, Rianxo.

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