De la rentabilidad al despilfarro

Carlos Fernández Coto SECCIÓN ÁUREA

RIANXO

08 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando una empresa o particular hablan de rentabilidad, se están refiriendo al beneficio económico obtenido entre el coste de adquisición y el valor en venta de ese producto. Cuando nos referimos a una Administración, ese beneficio no debe tenerse en cuenta, porque la rentabilidad es otra.

No tiene ni debe haber un beneficio, porque para cubrirlo pagamos nuestros impuestos. Y en este caso debemos vincular esa definición al ámbito social. Cuando construimos un hospital, una escuela, una carretera o un centro cultural, no podemos ver su rentabilidad económica, porque cumplen un fin social o cultural y tienen un coste que no se rentabiliza económicamente. Con todo, durante los años de bonanza se han construido equipamientos e infraestructuras innecesarias cuya rentabilidad social o cultural es nula. Muchos centros de interpretación o equipamientos municipales sobrados de aspiraciones -bajo el prisma endogámico y minifundista- son algunos ejemplos.

El concepto de rentabilidad territorial es poco o nada mencionado, pero es un pilar básico en el desarrollo de una región, porque consiguiendo esa cohesión estructural lo que hacemos es construir una sociedad dinámica y cohesionada, igualitaria e interrelacionada. Es el modelo europeo, con redes de transporte público que cubran la nube de asentamientos poblacionales, y en Europa, el tren es el eje vertebrador de las comarcas.

Desafortunadamente, la red ferroviaria básica e insuficiente que teníamos en Galicia lleva años desmantelándose en favor de una red superior de conexión con Madrid, que no vertebra nuestro territorio, que nunca va a ser utilizada por más de la mitad de la población, con unos costes astronómicos que nunca se rentabilizarán.

Si queremos cumplir las directrices que nos impone Europa, debemos planificar una estrategia sostenible, acorde con el cambio climático y con la máxima movilidad de las personas con el mínimo número de vehículos. Y el tren de proximidad es el más eficiente de todos ellos.