Los juegos de las Juadalupeñas triunfaron en una calurosa mañana

RIANXO

CARMELA QUEIJEIRO

Las peñas participaron en las actividades propuestas por la organización, como una carrera en contenedores de basura

16 sep 2019 . Actualizado a las 21:51 h.

Esta mañana se celebró en Rianxo uno de los momentos más divertidos de las fiestas de A Guadalupe. Era el turno de que las peñas entraran en acción para disfrutar de los juegos de las Juadalupeñas, y aunque al principio les costó animarse a participar en las actividades, finalmente las risas y el buen ambiente llenaron la plaza de Castelao.

Bajo un sol de justicia, pasadas las 12.30 horas dieron inicio los juegos de las Juadalupeñas. Los más pequeños fueron los primeros en salir a escena en la prueba de relevos. En la salida, los participantes se metieron en los sacos para llegar saltando al punto donde les esperaba un compañero. Allí ambos tuvieron que continuar haciendo la carretilla hasta llegar al final del circuito, donde un tercer integrante de la peña esperaba aguantando con la boca una cuchara que contenía un huevo. Con algún truco que otro, se consiguió que ninguno acabará en el suelo.

Novedades

Después llegó una actividad que se presentó como novedad este año y que animó e hizo participar a toda la gente que se encontraba en la plaza. Los competidores, en un período de tiempo limitado, tuvieron que conseguir el mayor número de objetos diversos. Primero fueron fundas de móviles y mecheros, pero después aumentó la complejidad al ser el objetivo zapatos y camisetas.

La calurosa mañana siguió transcurriendo hasta llegar a los momentos más esperados. Cuatro integrantes de cada peña que quiso participar se metieron en un saco gigante y se lanzaron a una carrera a la que no le faltaron incidencias. Más de uno acabó en el suelo al no conseguir coordinarse. Después fue el turno de las carreras de contenedores y, para concluir, el deslizamiento en flotador por una lona con el objetivo de derribar los conos dispuestos a modo de bolos.

Todo esto para acabar después en la plaza de O Martelo, donde tenía lugar una comida para reponer fuerzas con las que afrontar la gran fiesta preparada para la tarde.