Saludos de cortesía, chascarrillos y alguna broma, en una cita en la que se echó en falta el humor de Crespo
12 may 2019 . Actualizado a las 20:07 h.Por un momento dio la sensación de que lo de las elecciones no iba con ellos. Cualquiera que los viese charlando distendidamente en la entrada de Santa María a Nova podría pensar que se trataba de una reunión de amigos que después de visitar las laudas gremiales se irían a tomar unas cañas juntos a cualquier bar de la Alameda. Nada más lejos de la realidad, porque los políticos, principalmente en campaña electoral, siempre andan con prisas. Especialmente por eso, la foto para la que ayer fueron convocados en Noia posee todavía más valor.
Como importancia tiene el afectuoso apretón de manos que se dieron los rivales, que no enemigos, Carlos Rodríguez y Juan José Dieste, que pelearán en Boiro por hacerse con la alcaldía. También las animadas conversaciones del alcalde en funciones de A Pobra con las candidatas de Ciudadanos en Rianxo o Ribeira, los saludos para todos de la socialista muradana Caridad González o incluso el hecho de que Silvia Cao, del Partido da Terra de Lousame, optase por acudir al encuentro acompañada de su perro.
Buenos amigos
Todos se saludaron como buenos amigos, aunque lo cierto es que, a la hora de hablar de cosas serias, como para la foto de La Voz, cada uno se juntó con los suyos. Mientras los populares Manuel Ruiz, Juan José Dieste, Luis Oujo y Santiago Freire departían animadamente casi en la entrada del templo, los nacionalistas de Rianxo, Adolfo Muíños, y de Mazaricos, Juan José Blanco, intercambiaban impresiones con los aspirantes de Carnota y Lousame. Incluso los independientes, por aquello de hacer piña, también hicieron por juntarse con los de Ciudadanos o los de Compromiso por Galicia.
Ya en el interior, rodeados de las laudas, chascarrillos por el sitio que ocupaba cada uno o por el lugar escogido para la instantánea. «¿Colocarnos no púlpito será moi presuntuoso, non si?», bromeaba Ruiz antes de la foto de los candidatos del PP. Fue de las pocas bromas -como se echa de menos a Carlos Crespo en estas cosas- que hubo en la media hora que duró el encuentro.