La Guardia Civil investiga a un rianxeiro por presunto maltrato animal

A. Parada RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

SEPRONA

La operación del Seprona, en colaboración con la Policía Local de Rianxo, permitió liberar a 25 perros, 10 cachorros, 18 terneros y un caballo en condiciones deplorables

18 mar 2019 . Actualizado a las 17:54 h.

La patrulla de Seprona de la Compañía de la Guardia Civil de Noia ha procedido a la liberación de un total de 25 perros, 10 cachorros, 18 terneros y un caballo que se encontraban en una condiciones de vida deplorables. Se trata de una operación en la que colabora la Policía Local de Rianxo y por la que se está investigando a un vecino de dicha localidad como el presunto autor de un delito de maltrato animal

Por la cantidad de restos putrefactos de otros animales en el suelo, es posible que este fuera el tipo de alimentación»

Al parecer, los agentes se percataron de la situación en el transcurso de una inspección rutinaria, cuando la Guardia Civil se personó en el lugar de los hechos, una parcela que desde el cuerpo describen como «sin apenas un trozo de superficie donde no hubiera restos de orines, excrementos e incluso pedazos de reses muertas». Es más, desde el Seprona incluso apuntaron que desconocen en que consistía la dieta de los canes, al no haber sido hallado pienso u otro tipo de alimento adecuado en este sitio: «Por la cantidad de restos putrefactos de otros animales en el suelo, es posible que este fuera el tipo de alimentación que ingirieran los canes para subsistir».

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Vivir entre cadáveres y restos de animales

Asimismo, un veterinario acompañó a las fuerzas de seguridad durante la inspección, profesional que certificó que los perros se encontraban en condiciones higiénico-sanitarias deplorables, con síntomas evidentes de delgadez extrema, sarna y parásitos, así como conviviendo con un cánido muerto. Todos ellos carecían de cartilla de vacunación y solo cinco de ellos contaban con el microchip obligatorio.

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Fuentes del Seprona señalaron que los perros quedaron a disposición del Juzgado de Padrón, mientras que los terneros y el caballo lo hicieron ante la Consellería de Medio Rural.

También destacaron que a la persona acusada del presunto delito de maltrato le constan numerosos antecedentes por hechos similares.

Reclaman un endurecimiento de la Lei de Benestar Animal

Asociaciones animalistas como Libera o la Fundación Franz Weber no tardaron en pronunciarse al respecto. Desde ambos colectivos reclamaron un endurecimiento de la Lei de Benestar Animal, así como la aplicación de herramientas administrativas para efectuar más inspecciones: «En este caso varias de las razas coinciden con cánidos empleados tradicionalmente en cacerías, para lo cual la Ley prevé una serie de disposiciones específicas».

De la misma forma, los animalistas recordaron que la norma autonómica de 2017 ya obligaba a realizar una comunicación previa si una vivienda albergaba más de cinco canes. «Evidencia la necesidad de poner sobre la mesa el Decreto regulador de la Ley de Bienestar Animal», indicaron desde Libera, para señalar que esa normativa «también debe desarrollar el contenido y funciones del Consello Galego de Protección Animal y el curso que personal de establecimientos, como tiendas y criaderos, debe superar para trabajar en estos recintos».

Casos similares en Barbanza

Lo cierto es que la comarca barbanzana no es ajena a otros casos parecidos al de Rianxo, como los acontecidos en abril de 2016, cuando el Seprona liberó de una finca de la parroquia boirense de Abanqueiro a unas 15 vacas que carecían de agua y comida, y que además vivían en cuadras en las que no podían tumbarse, con una capa de purín de medio metro de espesor.

Al remontarse más atrás en el tiempo también se recuerdan todavía otros sucesos como el de 2002, en la parroquia rianxeira de Asados, cuando las autoridades dieron con una perrera ilegal en la que más de un centenar de canes malvivían hacinados, también entre excrementos y cadáveres de otros perros.

Cuatro años más tarde tenía lugar otra de las grandes historias de maltrato animal en la comarca, que incluso llegó a contar con gran atención mediática a nivel nacional. Se trató de la de abril de 2006, por la que un vecino de Aguiño denunció, a través de un vídeo, la brutal paliza que otro ribeirense le propinó a su propia mascota.