La plataforma por el centro de día abandona el encierro pero avisa de que estará vigilante

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

CARMELA QUEIJEIRO

Diez meses después, los balcones de la casa consistorial de Rianxo se libraron de las pancartas colocadas por los mayores

28 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Porque en Rianxo se hace fiesta hasta para protestar, ayer en la villa no faltaron ni las bombas de palenque ni los cánticos. Había mucho que celebrar. La plataforma vecinal constituida para reclamar la creación de un centro de día en el municipio abandonó definitivamente el encierro que mantuvo durante diez meses en el salón de plenos con un acto simbólico de agradecimiento por el apoyo recibido. Pese a ello, avisaron de que seguirán vigilantes hasta ver materializado el recinto asistencial.

Los mayores rianxeiros dan por bueno el compromiso de la corporación local con la compra del pazo de Rianxiño para convertirlo en el esperado centro de día, pero ayer, después de que las bombas de palenque anunciasen a mediodía que había llegado el momento de descolgar las pancartas que llevaban diez meses colgadas en el balcón de la casa consistorial, la portavoz de la plataforma lanzó un reto a las Administraciones: «Seguiremos atentos porque queremos que o centro de día se abra este ano, non nos importan os trámites burocráticos. As cousas de palacio van despacio, pero non para nós. Non nos vai valer que nos digan que é difícil porque estamos fartos. Este ano temos que ter aberto este necesario servizo, hai moita xente soa nas casas».

También Robustiano Losada, Nuco, cogió el megáfono para dedicar unas palabras de reconocimiento a los hombres y, sobre todo, mujeres que han mantenido un encierro estoico durante casi un año.

Mujeres bravas

Nuco hizo una analogía con otra famosa movilización del pasado rianxeiro, cuando los vecinos se opusieron al derribo de un hórreo propiedad de la familia de Castelao. También entonces «diante das protestas puxéronse as mulleres». Y concluyó: «Hoxe arriamos as bandeiras coa firme convicción de que Rianxo está vivo e de que non perderá a súa dignidade».

Finalizados los discursos, comenzaron los cánticos de los mayores que han mantenido una lucha titánica para conseguir que el municipio cuente con un centro de día, mientras que unos cuantos subían al salón de plenos para romper las bridas que han mantenido amarradas al balcón durante diez largos meses las pancartas con su reivindicación. «Custounos moito sacar isto adiante», recordaban. Con aplausos, jaleados por vecinos e incluso vendedores del mercadillo semanal, se cerró un capítulo que pasará a la historia de Rianxo.