Un grupo de 16 artesanos del hogar natal de Castelao participaron en un encuentro mundial en Compostela, en el que realizaron alfombras florales para reivindicar la paz
05 sep 2017 . Actualizado a las 14:47 h.Cuando uno pasea por la plaza del Obradoiro no debería resultarle complicado hallar a algún peregrino, turista o compostelano curioso con la boca abierta de admiración. Solo que este fin de semana, esa misma situación se dio con una particularidad. La mirada de aquellas sorprendidas personas no apuntaba hacia el cielo, señalando a la Berenguela, sino más bien hacia el suelo, señalando una concha gigante de vieira. ¿El motivo? Más de 20 alfombras florales realizadas por más de 200 artesanos llegados de diversas partes del mundo con un solo objetivo: llamar la atención de todos en torno a la palabra paz. Y, como no podía ser de otra forma, la comarca estuvo representada gracias a un grupo de vecinos de Rianxo.
«Á xente chocoulle de verdade, hai que entender que non se trata da rúa de Abaixo, estábamos cubrindo de flores o mesmísimo Obradoiro», explicó Lolita Martínez Vicente, una de las veteranas artesanas rianxeiras que lleva más de 30 años practicando este exigente y vetusto arte en la calle mencionada. Junto a ella, trabajaron codo con codo sus otras 15 compañeras y compañeros, para realizar una de las obras del proyecto Alfombras en el Camino de Santiago, arte efímero para la paz del mundo.
«Entre todos nós hai persoas maiores de 80 anos e incluso cativos de 7», destacó Martínez de la diversidad de la delegación que representó a Galicia -junto a Bueu, Burela, Cangas, Ponteareas, Redondela y Ribadavia- entre países como Italia, México, Alemania o Japón. Los rianxeiros comenzaban a las cinco de la tarde del sábado a pintar el suelo cubriéndolo de tulla, claveles rojos y café, con las que dar forma al diseño que portaba el alma de esta villa marinera, el ancla. La habilidad de los barbanzanos fue tal que a las once de la noche ya habían terminado.
Estrechar lazos
«Alí non había ningún país diferente, eramos todos iguais», sentenció la portavoz del grupo rianxeiro, para recordar que cuando terminaron se pusieron a echarle una mano a sus colegas internacionales. «Tanto aos xaponeses como aos alemáns falámoslle en galego e entendémonos perfectamente», desveló Lolita Martínez sonriendo. Así estuvieron riendo y charlando hasta las cuatro de la madrugada, mientras ayudaban con los bordes de la gran concha.
Además, este acto estuvo acompañado de una homilía por el arzobispo compostelano Julián Barrio, que les dijo «que non entendía cómo podía haber tanta calidade artística en Rianxo sen que o soubese antes». Por otra parte, los participantes en esta iniciativa pionera recibieron una charla sobre el arte efímero, a la vez que las autoridades allí reunidas, como la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, les comunicaron que están luchando para que la Unión Europea reconozca y proteja la tradición de las alfombras florales.
Con toda seguridad, una de las escenas más bellas que tuvieron lugar este fin de semana en la capital de Galicia se correspondió con el momento de la comida de confraternización, en el que Lolita comenzó a entonar A rianxeira y todos se levantaron para acompañarla. Un japonés le preguntó si se trataba del himno de Galicia, a lo que ella le respondió entre lágrimas: «Non, este é o noso segundo himno».
