Nerea Carballo: La futbolista que abrió caminos

Carlos Peralta
Carlos PEralta RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

CARMELA QUEIJEIRO

La sonense fue convocada por la selección española Sub-19 y destacó como central antes de pasar a ejercer hace cinco años como entrenadora personal en Lisboa

13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Febrero del 2010. La selección española femenina Sub-19 publica su lista de jugadoras escogidas para una convocatoria. Entre clubes reconocidísimos del panorama nacional como el Barcelona se encuentra el nombre de Nerea Carballo Blanco (Porto do Son, 1995). Con apenas 15 años, fue la primera jugadora del Porto do Son Club de Fútbol que alcanzaba una convocatoria de este calibre. Nerea de Damas, conocida así en Barbanza por su tatarabuelo Dámaso en un apodo que comparte con todos sus descendientes, puso en el mapa al municipio sonense. Más de una década después, otras jugadoras como Mar Alvite o Lúa Arufe siguen sus pasos y destacan en convocatorias de las selecciones española y gallega.

«Cuando estaba en segundo de Bachillerato jugaba en el Friol y residía en O Son. Mi padre me llevaba a entrenar. Era hora y media de camino», recuerda Nerea. No fue la única vez que tuvo que asumir largos desplazamientos para crecer como futbolista. Estudió en A Coruña y acumuló kilómetros para jugar en el equipo lucense y, años después, en el Olivo, club vigués de referencia que dejó de existir en el 2018.

Nerea Carballo creció en varios equipos de Barbanza como el Xuventú de Aguiño y el Porto do Son. Por entonces jugaba de centrocampista defensiva. En el Friol, las bajas en defensa hicieron que Ángel Villar, Geluco, probase con Nerea como defensa central. En la línea defensiva siguió durante los años posteriores. «Aunque soy pequeña soy fuerte y voy bien de cabeza», recuerda la sonense, que fue distinguida como una de las mejores defensas centrales de Primera Nacional. En el verano del 2018 dio un giro de 180 grados y lo hizo, principalmente, por amor. A su pareja y a su profesión.

Nueva vida en otro país

Nerea empezó una nueva vida en Lisboa junto a la jugadora del Benfica Pauleta Domínguez, que acababa de fichar por el conjunto encarnado. «Quería evolucionar como entrenadora, lo prefería a seguir aferrándome al fútbol», Poco a poco, ha ido ganándose la confianza de los lisboetas como entrenadora personal y readaptadora, aunque los inicios no fueron fáciles. «Cuando empiezas en un trabajo en un sitio nuevo es complicado conseguir clientes. Estoy orgullosa de que, a través del boca a boca, haber logrado dar a conocer mi trabajo», apuntó la sonense, que compagina con sesiones de entrenamiento con online a media decena de clientes de Galicia.

Nerea no perdona un mes sin ver a su familia: «Mi trabajo me permite conseguir librar algún día más. Voy una vez al mes a verles o vienen ellos aquí». En sus últimas visitas a Porto do Son ha podido comprobar los primeros pasos de la escuela EFF Sonnoia. «Me parece increíble que se pueda potenciar el fútbol femenino. También se deberían promover otros deportes. Si las niñas solo juegan al fútbol y al baloncesto, no podrán saber si les gustan otros».

El pasado 13 de febrero, el futbolista Jakub Jankto, cedido por el Getafe al Sparta de Praga, afirmó que es homosexual. Un anuncio sin precedentes en un jugador vinculado a un equipo profesional masculino en España. «Estoy muy orgullosa de que el chico hubiera compartido eso, pero me pone triste porque no se debería tener ni que decir. Tendría que estar tan normalizado», apunta Nerea. Añade que nunca tuvo que verse obligada a hacer aclaraciones sobre su relación sentimental. «Deseo que no haya nada explicar. Para que se rompan estas barreras, varias personas de referencia tendrán que normalizarlo. ¿Cuántos hombres homosexuales están en una burbuja por miedo a ser criticados?», se pregunta.

Sin precedentes. Nerea Carballo fue la primera jugadora del club sonense convocada con la Sub-19 de España.

Kilómetros. La sonense pasaba horas y horas en el coche de su padre para entrenar primero en Aguiño y, más tarde, en Santiago o Friol.