El verano con menos socorristas se saldó sin ahogamientos en las playas de Barbanza

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

Imagen de archivo de dos socorristas en Coroso
Imagen de archivo de dos socorristas en Coroso Carmela Queijeiro

Mayor concienciación de los bañistas, surfistas y la fortuna, entre las claves que explican los datos de la campaña estival

19 sep 2022 . Actualizado a las 14:17 h.

Nunca habían tenido tantos problemas los concellos de Barbanza para contratar socorristas como este verano. Es el caso de Porto do Son que, de las ocho plazas que ofertó, no cubrió ninguna. Burocracia y la falta de relevo generacional fueron algunos de los motivos que dejaron decenas de playas de la comarca sin vigilancia. Es por ello que el balance de este año sorprende aún más: no hubo muertos por ahogamiento en toda la época estival. Así lo confirman desde los diferentes ayuntamientos, cuyos responsables no logran dar una única explicación: concienciación, fortuna y la presencia de surfistas en muchos arenales, afirman, están entre las claves.

«Por sorte foi un verán moi tranquilo, pero en calquera momento pode acontecer un accidente», reconoce el edil de Turismo de Porto do Son, Manel Deán, quien destaca la importancia de la presencia de los profesionales de las academias de surf en As Furnas y Río Sieira para «botar unha man. Sempre son unha axuda para os bañistas».

A la suerte se agarra también Eduardo Moledo, del GES de Noia, quien afirma que «a fortuna sempre está na ecuación neste tipo de cuestións. Nós, aínda que non tivemos servizo de socorrismo, sacamos tódolos días unha zódiac por se era necesario axudar a alguén. Usouse un par de veces, pero todo quedou nun susto».

Para Moledo, la concienciación de la gente a la hora de bañarse ha aumentado, aunque destaca que las playas de Noia, al estar dentro de la ría, son mucho más seguras que otras abiertas en Porto do Son o Ribeira. Es el caso de la de O Vilar, donde fuentes del GAEM afirman que «fue uno de los veranos con más gente y, a falta de cerrar el servicio este fin de semana, no hubo incidentes graves. Ponle que si en la playa hay 1.000 bañistas por día, si sumas los 60 días que hizo buen tiempo, son unos 60.000. Lo normal sería que pasara algo, y no al revés».

Necesarios

Seguir las indicaciones de las banderas se antoja clave, destaca un veterano socorrista de Ribeira. «En veranos así pueden decirte que no somos necesarios, pero ¿cuánto cuesta una vida? No solo tenemos que actuar, sino que detrás hay un trabajo de prevención e información. Las playas tienen que tener vigilancia. Si no hay más profesionales es porque el coste de los cursos, y actualizarlos, tiran para atrás. Cuesta años rentabilizarlos».

En la costa de Muros, otra de las más complicadas por las corrientes, tampoco se registraron incidentes que acabaran en drama, lo que desde los equipos de emergencias afirman que «siempre juegas con la estadística y de que algo puede pasar, pero intentas que no sea así».

En una temporada en la que miles de personas visitaron las playas y los socorristas se contabilizaron con los dedos, Barbanza vivió un verano sin ahogamientos porque, también, la gente está más concienciada que nunca.