Esenciales, o no tanto

Ana Gerpe EL BALCÓN

PORTO DO SON

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La irrupción de la pandemia y la necesidad de adoptar medidas para frenar los contagios ha propiciado el nacimiento de un escalafón que divide las actividades productivas entre aquellas que son esenciales y las que no lo son. Desde luego, todas las relativas al ámbito de la alimentación figuran entre las primeras. Incluso en los peores momentos de la pandemia, los barcos salieron a faenar, con sus tripulaciones compartiendo camarotes y reducidos espacios.

Esenciales sí, pero no a la hora de que Madrid habilitase ayudas que les permitieran paliar la merma de ingresos motivada por la depreciación de pescados y mariscos a causa del cierre del canal horeca.

Esenciales sí, pero tampoco lo suficiente como para que se les considere un colectivo prioritario para la vacunación. Que esquiven el covid si pueden y, en caso contrario, pues ya amarrarán los armadores los barcos y dejarán a las tripulaciones en tierra que, total, a Madrid eso le sale gratis.

Hace unos días, el patrón mayor de Portosín, Isaac Gaciño, solicitaba la mediación del alcalde de Porto do Son, Luis Oujo, para que vacunasen a los marineros del municipio que faenan en la campaña de la anchoa en el Cantábrico. Son nada menos que 200 tripulantes van a estar faenando fuera hasta junio. El riesgo de contagio es alto y, como alertaba el dirigente del pósito, un afectado puede extender rápidamente el virus por un municipio que, por ahora, lo tiene bajo control. Existe un clamor para que se vacune a los marineros, pero Sanidad no escucha. Está claro que es un colectivo esencial, pero no tanto.