Diez playas con alto riesgo de accidente en Barbanza

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

marcos creo

Seis personas murieron la pasada campaña estival en los arenales de la comarca, en los que hubo una treintena de rescates

30 may 2020 . Actualizado a las 20:09 h.

Aunque falta todavía un mes para que se inicie oficialmente la temporada de playas, el buen tiempo y la nueva fase de la desescalada han provocado que los arenales de Barbanza estén ya a pleno rendimiento, lo que conlleva un gran peligro, puesto que hay una decena que concentran cada año un gran número de accidentes y, en estos momentos, aún no están activados los servicios de vigilancia y socorrismo. Zonas de desembocadura de ríos, con corrientes, mar abierto o con una masificación de bañistas son los escenarios donde se suelen registrar las incidencias más graves, y que cada verano hacen que se activen los medios de rescate.

Ribeira, Porto do Son, Muros y Carnota pueden presumir de tener muchos kilómetros de playa, pero también agrupan a las más peligrosas, ya que en ellas perecieron el año pasado seis personas: en Aguiño, A Ladeira, Coroso, O Dique, As Seiras y Ancoradoiro. Solo en los arenales de la capital barbanzana se registraron 420 incidencias en la temporada estival, aunque la gran mayoría fueron leves. Marcos Fernández, responsable del GAEM, tiene claro que hay que ir con mucho cuidado en A Ladeira y O Vilar, que son las más riesgos entrañan por la formación de corrientes, pero también dice que hay que extremar las precauciones en Coroso, «porque a pesar de ser un arenal tranquilo se producen muchas concentraciones de gente y eso complica mucho la vigilancia».

En el municipio sonense son As Furnas, Río Sieira, Baroña y O Dique los puntos negros donde se han tenido que realizar más rescates, «porque en menos de cinco minutos perdes de vista a alguén e podes acabar sen vida. A xente arríscase a meter no mar aínda que estea picado e sen ter experiencia algunha», reconoce José Pouso, del equipo de Protección Civil. Explica que la gran mayoría de personas que tienen que ser rescatadas son de fuera de la comarca y no son conscientes del peligro que tienen estas aguas, «comezan a nadar contracorrente en lugar de deixarse levar, e ao final quedan sen forzas e todo pode acabar el traxedia».

La misma explicación dan los profesionales de los servicios de emergencia de Muros y Carnota, que citan los arenales de Ancoradoiro,Carnota-Vilar y Boca do Río como los más peligrosos, especialmente el último, ya que se forma una gran corriente. El año pasado a punto estuvo de perder la vida un socorrista que se lanzó a salvar a una mujer, pero finalmente lograron salir los dos.

 Actividades recreativas

Existen otros arenales en los concellos de Boiro, A Pobra y Rianxo que, aparentemente son más tranquilos, pero en los que ha habido que hacer más de un rescate por culpa de las actividades recreativas que practican los bañistas. David Cardalda, responsable del servicio de Protección Civil pobrense, reconoce que todos los años deben de salvar a varias personas que alquilan kayaks, y que son llevadas por la corriente. «Hubo veces que incluso llegó a volcar la embarcación y no eran capaces de volver a subirse solos», apunta.

«A xente arríscase a meter no mar aínda que estea picado e sen ter experiencia algunha»

Las grandes colchonetas de pelícanos, unicornios y demás animales se han convertido en una fuente de incidencias, puesto que el viento las lleva con mucha facilidad. «El año pasado tuvimos una en A Illa, y menos mal que había un barco cerca y pudo rescatar a un padre y a un niño pequeño que se iban mar adentro después de que el flotador volcara. Al llegar a la playa, el padre rajó la colchoneta y ya no quiso saber más de ella», recuerda Cardalda, que pide que se extremen las precauciones.

Piscinas naturales, muelles y puentes se convierten en trampolines de alto riesgo

Las zambullidas en el agua pueden tener un desenlace trágico si no se hacen con precaución, y esta misma semana un pobrense sufría una lesión medular al tirarse al agua en la playa de Niñeiriños. En esta ocasión, todo apunta a que se golpeó la cabeza con la arena, pero también se han producido otros accidentes en los últimos años de personas que se dieron contra rocas. Las piscinas naturales del río Pedras son escenario cada verano de varios rescates de heridos que resbalan y acaban fracturándose alguna extremidad.

También el puente sobre el río Coroño se ha convertido más de una vez en trampolín improvisado para algunos arriesgados bañistas, al igual que la pasarela que conduce a la playa de A Torre de Rianxo. Aunque está prohibido bañarse en aguas de los muelles, todos los veranos se repite la misma estampa en Palmeira, A Pobra o Muros. Por su parte, en Noia se concentran en la desembocadura del Tambre, donde ha habido que auxiliar a más de una persona que se cayó al subir por las rocas.