Detenido un sonense que quería agredir a una vecina porque hacía ruido con una lijadora

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

GUARDIA CIVIL

El hombre llevaba un cuchillo de gran tamaño y pretendía acceder a la casa de la mujer por una ventana

13 jun 2019 . Actualizado a las 15:08 h.

Un conflicto vecinal a punto estuvo de acabar en tragedia el pasado martes en un inmueble situado en el casco urbano de Porto do Son, más concretamente en la calle Horta de Brión. Y el desencadenante de todo fue el ruido que hacía una máquina lijadora que la presunta víctima utiliza para reparar muebles. Fue sobre las 14.15 horas, cuando la llamada de una mujer puso en alerta a la Guardia Civil del puesto sonense, a cuyos agentes les comunicó que un varón ensangrentado y en estado de gran excitación trataba de acceder al domicilio de una vecina por una cristalera del edificio que comunica con su terraza. Explicó que el hombre se mostraba muy alterado, y no paraba de proferir amenazas de muerte por el sonido que emitía la máquina de uso doméstico que estaba utilizando.

Por fortuna, la rápida actuación de un residente en el inmueble, que por casualidad se topó con este individuo en el rellano de las escaleras, hizo que la tarde no terminase con un fatal desenlace. Este hombre se enfrentó al agresor y consiguió arrebatarle un cuchillo de monte de grandes dimensiones que llevaba oculto en el cinturón, y con el que presumiblemente quería amedrentar o incluso agredir a su vecina.

El supuesto autor de los hechos, un varón de 67 años de edad y que responde a las iniciales J. P. N., fue posteriormente detenido por la Guardia Civil de Porto do Son y acusado de ser el presunto responsable de varios delitos, empezando por uno de amenazas graves, allanamiento de morada en grado de tentativa y otro de daños.

Episodios previos

Según comentaron varios testigos, esta no es la primera que este individuo protagoniza episodios de violencia y amenazas, aunque nunca de esta magnitud.

De hecho, su actuación ha sorprendido a todos los residentes en el edificio, sobre todo porque en esta ocasión el desencadenante fue el ruido que hacía una máquina de uso doméstico, un sonido que provocó que este vecino perdiera los estribos.