Los barbanzanos depositaron en los contenedores de ropa usada cerca de 300 toneladas

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

José Manuel Casal

Las distintas organizaciones constatan un repunte importante en el último año

04 feb 2019 . Actualizado a las 21:31 h.

La ropa se ha convertido en un artículo que cada vez permanece menos tiempo en el armario. De hecho, son muchos los vecinos de la comarca que apuestan por darle una segunda vida y optan por deshacerse de ella a través de los más de cincuenta contenedores que las distintas entidades -benéficas y privadas- tienen repartidos por los once municipios de la comarca, y en los que el año pasado se depositaron cerca de 280 toneladas de prendas usadas, lo que supone casi 80 más que durante el ejercicio anterior.

Las distintas entidades reconocen que los municipios barbanzanos han incrementado considerablemente su apuesta por la reutilización de estos materiales textiles, y que cada vez tienen que acudir con más frecuencia a vaciar los depósitos porque estos se llenan con gran rapidez. Aunque existen varias organizaciones que se dedican a esta recuperación de la ropa usada, son la Fundación Humana y Cáritas las que concentran el mayor volumen de actividad.

De hecho, solo esta última recuperó el año pasado cerca de 122 toneladas de prendas usadas en los concellos de Rianxo, Boiro, A Pobra, Ribeira, Outes, Muros, Noia y Lousame, en los que tiene distribuidos 25 contenedores. Además, cuenta con siete roperos parroquiales, a donde los barbanzanos se dirigen personalmente a depositar sus bolsas. Las prendas que llegan a estos servicios se revisan, clasifican y se reparten entre los vecinos con menos recursos. Por su parte, las que se dejan en los contenedores se envían a una nave que Cáritas tiene en Santiago y donde se separa la que está en mejor estado para sus tres tiendas, otra parte se vende al por mayor para poder reutilizarla, otra se envía a las misiones, y la que no vale para nada se manda a una empresa para destruirla.

Ribeira, con cerca de 40.000 kilos de ropa recogida durante el año pasado, fue el municipio que más prendas aportó a la entidad benéfica, mientras que Noia superó estas cifras en los siete contenedores que la Fundación Humana tiene repartidos por la villa, y en donde el año pasado se depositaron 44.600 kilos.

Puntos limpios

Además de en el municipio noiés, esta última organización dispone de recipientes de recogida en A Pobra, Porto do Son y Lousame, donde sumó cerca de 81 toneladas en el 2018. La oenegé Equus Zebra, que tiene como fin de integrar a personas en riesgo de exclusión social, dispone de contenedores para este tipo de ropa, así como la empresa Texlimca (que opera con la marca Wippy), y también hay recipientes en algunos puntos limpios de la comarca, mientras que organizaciones evangélicas, la Cruz Roja y distintas protectoras también la recogen en sus sedes.

Además de darle una nueva vida al textil, gracias a la reutilización de estas prendas se consigue disminuir la contaminación. De hecho, las cerca de 300 toneladas que se depositaron en los contenedores barbanzanos supusieron dejar de emitir a la atmósfera 870 toneladas de CO².

Si se mira bien, todo son ventajas: se libera espacio de los armarios deshaciéndose de prendas que llevaban años sin ponerse, se ayuda a las personas con menos recursos y también se cuida el medio ambiente. La reutilización de ropa supone una buena acción, siempre que la realicen entidades sin ánimo de lucro y que no busquen enriquecerse a costa de los demás.

Manuel Mirás: Coordinador del ropero de Cáritas en Ribeira

«El 90 % del material que llega está en muy buen estado»

El ropero parroquial de Ribeira recibió durante el 2018 cerca de 1.350 kilos de prendas usadas, una cantidad «más o menos similar a la de otros años, porque siempre tuvimos mucha gente», explica Manuel Mirás, quien reconoce: «El 90% del material que llega está en muy buen estado. Luego, hay entre un 5 y un 10 % que viene roto, sucio y que no vale para nada, pero esa es una parte muy pequeña».

El ribeirense reconoce que la gente «siempre ha sido muy solidaria», y que por eso nunca han tenido problemas por falta de ropa para dar a los más necesitados que, según explica, «no han aumentado. Más o menos estamos igual que el año pasado». Mirás anuncia que han puesto en marcha un proyecto conjunto con otras oenegés y Servizos Sociais para coordinarse y ofrecer una mejor atención.