El buen resultado del Vive Azul anima a buscar fondos propios

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

PORTO DO SON

MARCOS CREO

La asociación de empresarios quiere establecer una fecha fija

04 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El buen resultado de la segunda edición del Vive Azul de Portosín ha animado a la asociación de empresarios local a plantear la búsqueda de recursos propios de cara al año que viene. «A idea é chegar a un acordo coas Administracións, Concello, confraría e grupo de acción local pesqueira (GALP) para que a chegada dos fondos europeos non condicione as datas, como sucedeu nesta ocasión, porque no verán sempre funciona mellor posto que hai moita xente que vén de fóra», indicó la presidenta de la patronal sonense, Montserrat Santos.

Aún en septiembre, cuando muchos de los turistas que pasaron sus vacaciones en Portosín ya se han ido, la carpa y actividades que giraron entorno a la exaltación de los productos estrella que salen de la lonja local (la sardina, la caballa y el jurel) concitaron a cientos de personas a lo largo del fin de semana.

Se agotaron ayer de nuevo las plazas para las distintas propuestas con las que animó el Vive Azul de Portosín la villa, empezando por la charla que dio Rosaura Leis sobre la importancia del consumo de pescado azul para una dieta equilibrada ante una sala prácticamente llena, así como en las actividades infantiles o para la exhibición de cocina a cargo de Fran Sotelino.

Pase extra ante la demanda

Estaba previsto solo un pase del chef, pero ante la gran demanda para asistir acabó haciendo dos, ambos al completo. Sotelino preparó tres recetas, de caballa, jurel y bonito, empleando para ello distintas técnicas. Salgado, macerado en vinagreta, ahumados... Distintas fórmulas con las que conservar y sacar el máximo partido a un azul con sello propio como el de Portosín.

Otras 70 personas, en su mayoría turistas o gente que tiene su segunda residencia en el lugar, asistieron a O cerco de cerca, una ruta guiada al Portosín 2 en la que se explicaba el funcionamiento del barco y los pormenores de la captura del azul.

También hubo mucho ambiente en la feria gastronómica, al igual que en los restaurantes de la villa que ofrecían un menú especial durante el Vive Azul. Alguno de ellos, llegó a servir entre las dos jornadas cerca de un centenar. Entre las propuestas más arriesgadas, la caballa se sirvió con limón en vez de vinagre, en caldeirada o con caramelo de aceituna negra; innovaron con la sardina, en forma de montadito en pan de maíz con mermelada de pimiento de Padrón, rebozada con salsa de marisco o rellena de queso. Y el jurel se rodeó de ajís ácidos, picantes y agrios, se presentó en escabeche con cachelos y hasta se prepararon albóndigas de jurel. Dieciocho bocados en total, exprimieron el potencial del producto del cerco.