
Tres ayuntamientos estudian iniciar campañas sancionadoras, como hizo Ribeira
02 abr 2017 . Actualizado a las 14:36 h.Una misma infracción tiene consecuencias muy distintas en función de dónde se cometa, incluso dentro de la misma comarca. Un claro ejemplo de ello se encuentra en las multas a las que se enfrentan los dueños de perros que no recojan las heces de sus mascotas, que van desde los 30 hasta los 5.000 euros en el área barbanzana. Las diferencias, mismo entre municipios vecinos, son considerables y en algún caso suponen pagar el doble o el cuádruple de dinero por una misma falta.
El importe depende, fundamentalmente, de lo establecido por cada normativa municipal en sus ordenanzas sobre animales o convivencia ciudadana. En el caso de que no se incluya este aspecto en el reglamento local, está a expensas de la ley de ámbito autonómico, que establece multas de 150 euros cuando se cometa por primera vez la infracción y de hasta 5.000 para los reincidentes. Este es el precio que se paga por ensuciar la vía pública con deposiciones de animales domésticos en Muros, Outes y Mazaricos, así como en Ribeira, donde el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña sancionadora a raíz de las muchas quejas recibidas de los ciudadanos por un problema que va en aumento junto con el censo de mascotas.
En la primera semana de campaña, los agentes de la Policía Local vestidos de paisano sancionaron a una sola persona que no se paró a recoger las deposiciones de su perro, a otros dos por llevar a sus canes sueltos y a otro por no haberle puesto chip, tal y como informan desde el Ayuntamiento ribeirense.
Los extremos
Los casos más extremos se encuentran en las ordenanzas municipales. La menos gravosa es la de Carnota, que establece sanciones que parten de los 30 euros y pueden llegar hasta los 300; seguida de Noia y Porto do Son, en donde van de 50 a 750 euros. Esa sanción mínima se duplica en A Pobra (de 100 a 500 euros), se multiplica por cuatro en Boiro (de 200 a 750 euros) y por quince en Rianxo (de 751 a 1.500).
No obstante, la realidad es que en gran parte de los concellos apenas se estaban tramitando sanciones a este respecto, bien sea porque carecen de policías locales, como en el caso de Lousame o Mazaricos, o porque es una cruzada que no han abierto.
En Outes y Porto do Son «non é un motivo de queixas habitual, como pode ser en grandes vilas», indican la regidora outiense, Beatriz Molinos, y la teniente de alcalde sonense, María Maneiro, quien explica que a pesar de ello se ha hecho una campaña de cartelería en las zonas más críticas, como son parques y jardines públicos, con un llamativo mensaje para navegantes: Non te enmerdes por unha merda.
En Boiro, por ejemplo, tampoco hubo una sola sanción durante el 2016 y hay que remontarse al 2014, cuando se hizo una campaña con agentes vestidos de paisano, como en Ribeira, en la que se multó a cuatro personas. Hubo luego otras, pero de carácter informativo.
En donde sí se está aplicando la norma es en Rianxo, donde en los últimos seis meses se tramitaron tres expedientes. El regidor rianxeiro reconoce que «recibimos queixas», pero no es partidario de «levar a situación á persecución, con axentes de paisano, hai que tratar de ser cidadáns entre todos», defiende.
Por otra parte, otros tres concellos estudian iniciar campañas sancionadoras como la de Ribeira. «Vaise revisar a ordenanza para empezar a aplicala e imos ter tres áreas adaptadas, tipo pipicán, de cara ao verán para regulalo», indica el mandatario noiés, Santiago Freire. En A Pobra se ha redactado también un nuevo reglamento y el alcalde indica que es «para aplicalo» y la regidora muradana indica que ya se emitieron varios bandos y «é algo que estamos barallando».