El deterioro hace mella en un punto neurálgico de la parroquia sonense

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

PORTO DO SON

El centro de salud pide a gritos una intervención, mientras el parque infantil acusa las primeras muestras de deterioro

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocos equipamientos públicos hay que aglutinen a tantos vecinos como un centro de salud. Se trata de un punto neurálgico en cualquier localidad, y en la parroquia de Xuño más todavía si cabe, puesto que se encuentra al lado de la casa cultura y de un parque infantil. Ello no evita, sin embargo, que el edificio sufra las consecuencias del deterioro y la falta de mantenimiento, algo que se evidencia al primer vistazo.

De entrada, lo que más llama la atención es el estado de una fachada en la que la pintura hace tiempo que empezó a desaparecer. Se ve sucia, con manchas de humedad, desconchada y necesitada de una mano de brocha. En cuanto a los accesos, tampoco están mucho mejor. Bien es cierto que el inmueble cuenta con unas rampas lo suficientemente anchas, con barandillas para agarrarse y una pendiente aceptable para alguien que se mueva en silla de ruedas, pero lo que son las escaleras dejan bastante que desear. Están rotas, como también lo está el muro que rodea la construcción. Por no hablar de los bordillos de las aceras, que se antojan innecesariamente altos e insalvables para alguien que, por su edad, no tenga la agilidad suficiente.

Y luego está la cubierta. Cubriendo la entrada al ambulatorio hay una especie de porche de hierro totalmente corroído, posiblemente por la humedad y la salitre, hasta el extremo de que se han ido desprendiendo trozos de la estructura. Las columnas, aunque parecen resistentes, también presentan óxido, sobre todo en la base.

La que se encuentra el buen estado, al menos desde el exterior, es la casa de cultura que se construyó en el 2011 prácticamente pegada al centro de salud. Junto a ella se habilitó en aquel momento un parque infantil, que no ha resistido tan bien el paso del tiempo.

Defectos variados

Aunque a simple vista parece que el recinto de juegos está en un estado de conservación razonablemente bueno, lo cierto es que a medida que uno se fija un poco van surgiendo defectos evidentes. En el suelo de caucho hay agujeros, un columpio está roto -a pesar de que alguien intentó amañarlo con una cuerda que también acabó cediendo-, el tobogán presenta restos de espray y óxido y en el balancín también se evidencian desperfectos, además de en la valla perimetral.

Precisamente, del vallado que rodea el parque habló el alcalde, Luis Oujo, que señaló que deben cambiar una parte que alguien rompió, así como renovar alguno de los juegos. En cuanto al centro de salud, de cuyo mantenimiento debe ocuparse el Concello pese a ser competencia de la Xunta, explicó que la cubierta no supone ningún peligro y que está previsto pintarlo a través del taller de empleo.