Pasear a caballo por los montes de Outes, una experiencia de «desconexión absoluta»

Celia Riande García
celia riande RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

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Estivada Ecuestre es una hípica que ofrece disfrutar de la naturaleza barbanzana de un modo distinto

21 feb 2023 . Actualizado a las 11:40 h.

Los ritmos del trabajo y la rutina hacen que, en ocasiones, sea necesario un merecido descanso de los ajetreos, ruidos y estrés del día a día. Por ello, cada vez es más frecuente el llamado turismo de aventuras, un recurso para conocer lugares escondidos para el que no siempre es necesario viajar a lugares lejanos. De hecho, Barbanza cuenta con una gran oferta en este campo, permitiendo vivir experiencias inolvidables muy cerca de casa. Una de ellas se encuentra escondida en un enclave privilegiado como es A Serra de Outes. Allí está Estivada Ecuestre, una empresa hípica con la filosofía de «impulsar la zona paisajística y rural dando opciones de actividades de ocio y aventura en la zona de Barbanza», según reflejan en sus redes sociales.

Se trata de una empresa que, además de ofrecer clases de equitación para pequeños y mayores, permite gozar de una vivencia única recorriendo el monte de Outes. «Lo disfruta cualquiera. Lo que más le llama la atención a la gente es lo mucho que relaja, ayuda a una desconexión absoluta». Así explica Quecha Rodríguez, socia de la firma junto a Jorge Alborés, los paseos a caballo que ofrecen desde Estivada Ecuestre a lo largo del año y para todo tipo de público: «No hace falta ningún tipo de experiencia previa, los animales están más que acostumbrados. Lo máximo que hacen es aprovecharse para irse de tapas por el camino» asegura la profesional entre risas.

En cuanto a la experiencia, la gerente de Estivada Ecuestre explica: «Los paseos son por el bosque, habitualmente de una hora, aunque bajo reserva se pueden hacer de más recorrido. Son siempre guiados y organizados por niveles, desde niños de seis años hasta adultos de todas las edades».

Distintas opciones

Aunque las rutas se realicen a lo largo de todo el año, lo cierto es que el abanico de posibilidades aumenta en los meses estivales: «En la época de primavera o verano, incluso a principios del otoño, se puede ir por la ruta del río, que se cruza por completo, y te mojas un poco. En invierno, el camino es otro porque, aparte del frío, los senderos están embarrados y es más complicado acceder a ellos».

Pese a las condiciones meteorológicas y a cómo afectan las horas de luz, los paseos por la zona de Formigueiro, los montes outenses y la parroquia de Santo Ourente son una experiencia espectacular que se puede disfrutar durante prácticamente todo el año, como explica Quecha Rodríguez: «Se puede reservar de lunes a sábado, tanto de mañana como de tarde, y no contamos con un mínimo de gente. A veces juntamos a varios para formar un grupo pero, si hay solo uno, salimos con esa persona, aunque no sea lo más habitual».

Miedos fuera

Si bien es cierto que siempre hay alguien más temeroso ante el imponente tamaño de los caballos, la socia de Estivada Ecuestre asegura que no hay nada a lo que temer: «Aunque haya gente que tenga algo de miedo, lo normal es que, una vez subidos y con nuestra ayuda, lo acaben disfrutando. Hay incluso niños que te dicen que es relajante, algo que nos llama mucho la atención, o que llegan a quedarse completamente dormidos».

Aunque el comienzo de año suela ser algo más flojo por el mal tiempo, Quecha Rodríguez indica que existe una relación de simbiosis entre las distintas ofertas turísticas que cohabitan en la zona de Outes: «Ahora en invierno, lo más demandado son las clases de equitación que hacemos por las semanas, pero hay gente de fuera que se aloja en unas cabañas que quedan cerca de aquí, y la verdad es que sí que trabajamos mucho con quienes pasan la noche allí y enlazan experiencias».

En cuanto a temporadas fuertes de demanda, más allá de los fines de semana, desde Estivada Ecuestre señalan que se acerca uno de los puntos más álgidos del año en cuanto a reservas se refiere: «En verano siempre aumenta el número de llamadas, por el buen tiempo y la disponibilidad de horarios, pero la Semana Santa, por ejemplo, generalmente es una muy buena época para nosotros».