Manuel González, alcalde de Outes: «El de Chema Fuentes fue un asesinato horrible»

Carlos Portolés
Carlos Portolés RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

Casi un centenar de vecinos se dieron cita en el municipio para recordar el trágico crimen en su 50 aniversario

05 dic 2022 . Actualizado a las 17:01 h.

Hace 50 años, un día como hoy, un policía franquista asesinó a sangre fría con dos tiros por la espalda a José María Fuentes, conocido como Chema Fuentes, un estudiante de medicina de la USC que era vecino de Outes.

Hijo de una importante y respetada familia del municipio, su muerte gratuita y atroz causó un revuelo sin precedentes en la Galicia tardofranquista. En los días posteriores al trágico suceso, Santiago fue un polvorín lleno de huelgas, barricadas, sindicatos estudiantiles, manifestaciones multitudinarias y gritos desgañitados demandando justicia y reparación.

Aunque en un principio el gobierno trató de ocultar el asunto, el clamor popular acabó torciendo en brazo de la dictadura, que se vio obligada a abrir una investigación que se saldó con una condena a 17 años de cárcel para el autor del asesinato.

Para asegurarse de que su recuerdo no es borrado por la erosión del tiempo, la asociación Terra de Outes, en colaboración con el concello, celebró ayer un acto conmemorativo en su honor al que acudieron unos cien vecinos emocionados y conmocionados por los ecos que aún resuenan de esta triste historia.

El alcalde, Manuel González, leyó una declaración institucional condenando enérgicamente el asesinato y reafirmando el compromiso de los diferentes grupos políticos que integran el pleno municipal de Outes con la reparación a las víctimas de la dictadura. «Esto fue un asesinato horrible. Un policía que, fuera de toda lógica y norma, asesina a un chaval completamente inocente», declara González.

Jornada para recordar

El comunicado que leyó el edil fue previamente aprobado por unanimidad por todos los partidos políticos con representación en el ayuntamiento, lo que da muestra de la cohesión y la unidad que siente Outes ante este suceso que es uno de los más amargos de su historia.

También intervino en el homenaje, en representación de la familia, Pepa Fuentes, sobrina del asesinado. Aunque Pepa no llegó a conocer a su tío, habló de lo extraordinariamente difícil y doloroso que fue para su familia el vivir con la certeza de que no verían a Chema hacerse adulto. De que su ausencia, aún cinco décadas después, sigue siendo un peso sangrante para mucha gente.

Por último, dio un discurso Xoán García, de la asociación Terra de Outes. Después de las palabras, se procedió a inaugurar una placa en recuerdo de Chema Fuentes en la que se rememora el negro episodio que sigue grabado a fuego en el imaginario de los vecinos del municipio y de los que conocieron a la víctima.

Muchos de los asistentes acabaron el acto visiblemente emocionados. Y no es para menos, pues este suceso no solo puso en jaque al franquismo en sus últimos años de existencia plantando una semilla de rebeldía e indignación, sino que fue la ejecución arbitraria de un vecino querido y respetado. Por eso, el pueblo de Outes demuestra una vez más que tiene memoria. Y mientras haya memoria, Chema Fuentes no habrá muerto del todo.